Page 40 - GÉNERO Y SALUD EN CIFRAS • Enero - Abril 2009
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“Ya tantos años y no tengo una buena relación...” la señora Hemos aprendido que después de la primera frase, la per-
tenía 15 años de matrimonio. Un mes después de la boda se sona puede externar su demanda o sólo aquello que más le
dio cuenta de que su esposo tenía un problema de alcoholismo. preocupa y que a veces resulta que no es la adicción de su
Cuando tuvieron a su primer hijo el señor dejó de tomar un familiar, es el círculo vicioso en el cual se encuentran desde
mes, pero después del tercer hijo el consumo aumentó y hace poco tiempo o varios años, entonces, el caso de la perso-
con ello la violencia en casa. En el momento en que la se- na con adicción no es lo importante, sino la mujer que vive
ñora llamó estaba tratando de tomar la decisión de dejarlo. en una relación de subordinación al problema o ella misma
puede ser el problema.
“Tengo 8 meses trabajando, no atiendo a mis hijos y me
separé...” La señora se sentía culpable porque su hijo consu- En general los familiares tratan de hacer “algo” para atender
mía drogas a partir de que ella salió a trabajar. a sus adictos/as, pero con una información muy limitada,
así como una nula orientación, todo esto resulta en la no
resolución del problema.
Lo más difícil es lograr que las mujeres eviten adoptar res-
ponsabilidades que no les corresponden, por ejemplo: pagar
las deudas, denunciar los robos al interior de la casa, pagar
multas, salir a la calle a buscarlo en la madrugada para que
regrese a la casa, tolerar el maltrato físico, emocional, en-
frentar a los otros miembros de la familia que ya están en
desacuerdo de que permanezca esta persona en casa, los
gastos excesivos que han dispensado los familiares en los
diferentes tratamientos, etc.
En otras circunstancias, las mujeres atienden a la persona
que consume porque sienten que es su responsabilidad o su
culpa; aún cuando él o ella no quiera dejar de consumir.
“Tengo dos hijos y tres chancletas...” Esta es la llamada de Siguen lavando, planchando, dando de comer o, a veces, tam-
una hija mayor que relató la historia de su hermano que bién cooperan económicamente con su hijo, esposo, novio
consumía, y la relación con su madre y hermana menor. La o amigo, con tal de que no padezca los costos de no traer
madre apoyaba principalmente al hijo que consumía droga, dinero, tales como: peleas, ser detenidos por robo o caer en
se encargaba de la limpieza de la casa y de su atención. La algún reclusorio.
hermana menor no podía salir de la casa porque tenía mucho
miedo de alejarse de su mamá y dejarla sola. En momentos críticos deciden llevar a quien tiene la adicción,
aún sin su voluntad, a centros especializados y así por lo menos
Otras expresiones que con frecuencia se escuchan son: unos meses la familia no va a seguir viviendo esa situación.
El problema es que puede llegar a ser más de un internamien-
“Si tal vez yo no hubiera trabajado cuando eran pequeños, to y si quien consume decide no dejar de hacerlo pueden
esto no hubiera sucedido….”; “Espero que mis hijos triunfen pasar varios años en ese mismo estado.
como yo no lo hice y no sufran como yo…”; “Uno como
madre….”; “Me siento culpable porque no los supe educar…”. También pueden existir casos en donde la muerte define la
separación, porque quien le atiende enferma y muere antes
que la persona que consume.
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