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In Memoriam
Mi querida Isabel
Conocí a Isabel Hernández Tezo- modidad, sobre todo cuando se empeñaba en señalar las desigualdades de
quipa a finales de la década de los género, étnicas o las injusticias sociales presentes en México y en el mundo.
ochenta a través de un querido ami- Isabel me contaba que a ella le había dejado huellas muy profundas cuando
go cuando él y yo trabajábamos en era niña ver a su padre que regresaba de trabajar como peón agrícola en los
una comunidad de la Mixteca Pobla- campos de cultivo de Axochiapan, trabajar de sol a sol por un pago misera-
na que se encuentra en los límites ble. Isabel se sentía profundamente orgullosa de su madre, quien a pesar de
geográficos de Morelos. Aquel sába- haber sido huérfana, no haber podido ir a la escuela y por tanto no saber leer
do de 1988 mi amigo me dijo que iría ni escribir, era una comerciante emprendedora y sumamente trabajadora en
con nosotros una mujer brillante y el mercado local de Axochiapan, y fue a través del enorme esfuerzo y del
que pasaríamos por ella a su pueblo: trabajo constante que hizo su madre como logró sacar adelante a la familia,
Axochiapan. No sólo nos acompañó de manera que Isabel y sus hermanos se convirtieron en profesionales. En
ella sino también su hijo, un niño la niñez, Isabel sufrió discriminación por sus raíces indígenas. Me decía que
de ojos hermosos y mirada profun- fue hasta la juventud cuando aprendió a valorar y a apreciar sus orígenes,
da, como los de su madre. de los que se sentía en la actualidad plena y orgullosa.
Varios años después volví a coinci- Estos hechos marcaron su vida y la convirtieron en una persona apasionada,
dir con Isabel, ahora compartien- comprometida y sensible ante las injusticias y desigualdades sociales.
do el espacio laboral del Instituto
Nacional de Salud Pública (INSP). Isabel fue una mujer congruente, unía el discurso y la práctica. De ahí que
Ella regresaba de Barcelona en don- podía dentro de las aulas con los estudiantes de salud pública propiciar
de había realizado el doctorado en reflexiones y análisis de la causalidad social del proceso salud-enfermedad,
ciencias sociales y salud. A partir de o se le encontraba trabajando con mujeres de zonas marginadas con el
entonces se inició nuestra amistad, objetivo de contribuir a mejorar su autoestima y asertividad. O bien se le
compartiendo alegrías, dificultades podía encontrar participando en movimientos sociales más amplios compro-
y preocupaciones en el quehacer metidos en la búsqueda de un mundo más justo.
cotidiano. Esos años no fueron fáci-
les para ella, tenía que trabajar en El poema Cuando muere una Lengua, de Miguel León-Portilla, dice: “cuando
muere una lengua todo lo que hay en el mundo, mares y ríos, animales y
su tesis doctoral, simultáneamente plantas, ni se piensan, ni pronuncian con atisbos y sonidos que no existen
realizar múltiples tareas institu-
cionales a la vez que criar a su hijo ya...”. Con la partida de mi querida amiga Isabel se nos ha ido su voz sonora
adolescente y el trabajo que desde y cristalina que ya no oiremos más. Es difícil creer que no veremos más su
años atrás realizaba con una organi- cuerpo fuerte, su porte aristocrático al caminar por los pasillos del INSP,
escuchar sus clases, sus reflexiones y aportaciones. Pero aunque ella físi-
zación civil de mujeres.
camente esté ausente permanece en nuestro corazón y es parte de nuestra
Una de las características de Isabel memoria y por tanto sobrevive. Isabel nos dejó un legado y una inspiración:
que siempre me llamó la atención cuidarnos y querernos a nosotras mismas, pero al mismo tiempo comprome-
fue la manera apasionada con la que ternos en la búsqueda de un mundo más justo.
presentaba y defendía sus argumen-
tos. Su voz cristalina y fuerte se
imponía en los debates y discusio- Luz María Arenas Monreal, Doctora en Antropología.
nes y muchas veces causaba inco-
In Memoriam: Dra. Isabel Hernández Tezoquipa
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Género y Salud en Cifras Vol.5 No.3 Septiembre - Diciembre 2007