Page 35 - 2007_5.3
P. 35

In Memoriam


















                                                                                     Mi querida Isabel





                  Conocí  a  Isabel  Hernández  Tezo-  modidad, sobre todo cuando se empeñaba en señalar las desigualdades de
                  quipa a finales de la década de los   género, étnicas o las injusticias sociales presentes en México y en el mundo.
                  ochenta a través de un querido ami-  Isabel me contaba que a ella le había dejado huellas muy profundas cuando
                  go cuando él y yo trabajábamos en   era niña ver a su padre que regresaba de trabajar como peón agrícola en los
                  una comunidad de la Mixteca Pobla-  campos de cultivo de Axochiapan, trabajar de sol a sol por un pago misera-
                  na que se encuentra en los límites   ble. Isabel se sentía profundamente orgullosa de su madre, quien a pesar de
                  geográficos de Morelos. Aquel sába-  haber sido huérfana, no haber podido ir a la escuela y por tanto no saber leer
                  do de 1988 mi amigo me dijo que iría   ni escribir, era una comerciante emprendedora y sumamente trabajadora en
                  con nosotros una mujer brillante y   el mercado local de Axochiapan,  y fue a través del enorme esfuerzo y del
                  que pasaríamos por ella a su pueblo:   trabajo constante que hizo su madre como logró sacar adelante a la familia,
                  Axochiapan. No sólo nos acompañó   de manera que Isabel y sus hermanos se convirtieron en profesionales. En
                  ella sino también su hijo, un niño   la niñez, Isabel sufrió discriminación por sus raíces indígenas. Me decía que
                  de ojos hermosos y mirada profun-  fue hasta la juventud cuando aprendió a valorar y a apreciar sus orígenes,
                  da, como los de su madre.          de los que  se sentía en la actualidad plena y orgullosa.

                  Varios años después volví a coinci-  Estos hechos marcaron su vida y la convirtieron en una persona apasionada,
                  dir  con  Isabel,  ahora  compartien-  comprometida y sensible ante las injusticias y desigualdades sociales.
                  do el espacio laboral del Instituto
                  Nacional de Salud Pública (INSP).   Isabel fue una mujer congruente, unía el discurso y la práctica. De ahí que
                  Ella regresaba de Barcelona en don-  podía  dentro de las aulas con los estudiantes de salud pública propiciar
                  de había realizado el doctorado en   reflexiones y análisis de la causalidad social del proceso salud-enfermedad,
                  ciencias sociales y salud. A partir de   o se le encontraba trabajando con mujeres de zonas marginadas con el
                  entonces se inició nuestra amistad,   objetivo de contribuir a mejorar su autoestima y asertividad. O bien se le
                  compartiendo alegrías, dificultades   podía encontrar participando en movimientos sociales más amplios compro-
                  y  preocupaciones  en  el  quehacer   metidos en la búsqueda de un mundo más justo.
                  cotidiano. Esos años no fueron fáci-
                  les para ella, tenía que trabajar en   El poema Cuando muere una Lengua, de Miguel León-Portilla, dice:  “cuando
                                                     muere una lengua todo lo que hay en el mundo, mares y ríos, animales y
                  su tesis doctoral, simultáneamente   plantas, ni se piensan, ni pronuncian con atisbos y sonidos que no existen
                  realizar  múltiples  tareas  institu-
                  cionales a la vez que criar a su hijo   ya...”. Con la partida de mi querida amiga Isabel se nos ha ido su voz sonora
                  adolescente y el trabajo que desde   y cristalina que ya no oiremos más. Es difícil creer que no veremos más su
                  años atrás realizaba con una organi-  cuerpo fuerte, su porte aristocrático al caminar por los pasillos del INSP,
                                                     escuchar sus clases, sus reflexiones y aportaciones. Pero aunque ella físi-
                  zación civil de mujeres.
                                                     camente esté ausente permanece en nuestro corazón y es parte de nuestra
                  Una de las características de Isabel   memoria y por tanto sobrevive. Isabel nos dejó un legado y una inspiración:
                  que siempre me llamó la atención   cuidarnos y querernos a nosotras mismas, pero al mismo tiempo comprome-
                  fue la manera apasionada con la que   ternos en la búsqueda de un mundo más justo.
                  presentaba y defendía sus argumen-
                  tos.  Su  voz  cristalina  y  fuerte  se
                  imponía en los debates y discusio-  Luz María Arenas Monreal, Doctora en Antropología.
                  nes y muchas veces causaba inco-







                                                                                 In Memoriam: Dra. Isabel Hernández Tezoquipa
                                                                                                                          95
                                                                  Género y Salud en Cifras     Vol.5  No.3    Septiembre - Diciembre 2007
   30   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40