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CulturaViernes 12 Febrero 2016
Obra Unica y eterna
A pesar de que el autor mexi-
cano Juan Rulfo, cuyo falle
cimiento hace treinta años se
conmemora en el 2016, pub-
licó solamente dos obras de
ficción, es uno de los autores
más importantes de América
Latina. Es considerado como
uno de los precursores más
importantes e influyentes del
boom literario de los años
sesenta, que empezó con las
primeras obras de García
Márquez, Cortázar y Var-
gas Llosa. Sin embargo, los
ecos de la obra más famosa
de Rulfo, la novela Pedro
Páramo, no se apagaron en la
época del boom; siguen so-
nando en la literatura actual
de nuestro continente y son
notables en, por ejemplo, la
obra del colombiano Tomás
González.
Pedro Páramo
¿De qué trata esta novela que
se publicó en 1955? No es
difícil resumir en unas pa-
labras los acontecimientos
más importantes. Por la fuer-
za y el robo, Pedro Páramo,
el ambicioso protagonista de
la historia, logra apoderarse
de todas las tierras de la zona fico entre la capital y la puer- Al mismo tiempo, sin em-
de Comala y se convierte en
el caudillo de la comarca.
Una de sus víctimas es Do-
lores Preciado, con quien
tiene un hijo: Juan, el nar-
rador de la historia. Cuando
muere Susana, el gran amor
de Pedro Páramo, Comala
no está de luto, sino celebra
una fiesta, motivo por el que
Pedro Páramo jura vengarse.
Después de la muerte vio-
lenta de Pedro Páramo, Co-
mala no puede sobrevivir,
y muere. Así se cumple la
promesa del caudillo. Algún
tiempo después, Juan Pre-
ciado llega al pueblo en busca
de su padre. Con base en las
descripciones de su madre,
que acaba de morir, espera
encontrar una zona florida.
La realidad es diferente: Co-
mala es un pueblo muerto
con habitantes muertos.
Estos, sin embargo, siguen
comunicándose: el pueblo es
un lugar lleno de murmul-
los, de ecos, de sombras, de
almas en pena, enclavado
en una zona árida sin vida
PEDRO PÁRAMO DE JUAN RULFO (1918-1986)
animal o vegetal donde al
final también muere Juan
Preciado. Resumido así,
Pedro Páramo es un relato
poco problemático; sin em-
bargo, desde su publicación,
la obra ha sido interpretada
y comentada desde muchas
perspectivas diferentes. Sin
lugar a dudas, la novela es
en primer lugar el retrato
psicológico de un frustrado
caudillo rural. En ese sen-
tido Pedro Páramo cabe en
la tradición de la novela del
dictador, un subgénero
popular en la literatura lati-
noamericana. Según el fa-
moso autor mexicano Carlos
Fuentes, Pedro
Páramo “es la versión jali-
sciense del tirano patrimo-
nial.” La obra de Rulfo es al
mismo tiempo la descrip-
ción tanto realista como
metafórica de una zona olvi-
dada de México: Jalisco, un
estado que se encuentra a
unos quinientos kilómetros
al oeste de Ciudad de Méxi-
co. En la época colonial era
una zona muy importante y
próspera, ya que todo el trá-
ta de Manzanillo pasaba por
ella; un pasado que se ve re-
flejado en los recuerdos de la
madre de Juan Preciado. Sin
embargo, cuando nace Rulfo
(1918), esta prosperidad e
importancia ya no existen.
La zona de Jalisco sufrió
mucho durante la Revolu-
ción Mexicana (1910-1917)
y la
Guerra de los Cristeros
(1926-1929). A consecuencia
de la violencia, gran parte de
la población de la región dejó
el campo y buscó refugio en
ciudades como Guadalajara y
Ciudad de México.
Así la provincia donde Rulfo
pasó su niñez se convirtió en
una región desolada y despo-
blada. Al respecto podemos
leer en Pedro Páramo el
siguiente recuerdo: “Recu-
erdo días en que Comala se
llenó de ‘adioses’ y hasta nos
parecía cosa alegre ir a despe-
dir a los que se iban. Y es que
se iban con intenciones de
volver. Nos dejaban encar-
gadas sus cosas y su familia.
Luego algunos mandaban
por la familia aunque no por
sus cosas, y después parecier-
on olvidarse del pueblo y de
nosotros, y hasta de sus cosas. Páramo. Por la situación re-
Y me quedé porque no tenía
adonde ir. Otros se quedaron
esperando que Pedro Pára-
mo muriera […]. Y ya cuan-
do le faltaba poco para morir
vinieron las guerras esas de
los ‘cristeros’.” El paisaje
que describe Rulfo en sus
cuentos y en su novela es un
páramo inhóspito con tierras
infértiles. En este desierto,
en esta zona condenada con
pueblos fantasmas olvidados
por la historia ya no vive casi universal por la manera en la
nadie. Es la zona en la que
reina Pedro Páramo, “un
rencor vivo.” En definitivo,
se puede concluir que la im-
agen literaria que presenta la
obra de Rulfo, con su soledad
de los pueblos habitados por
fantasmas y espíritus, no es
una extravagancia ni la sim-
bolización de una soledad
espiritual, sino la imagen de
una realidad social verific-
able. Pedro Páramo es así una
representación adecuada de
una realidad social-históri-
ca de cierta época y lugar.
bargo, las descripciones rul-
fianos traspasan los hechos
históricos. Afirma Maarten
Steenmeijer, catedrático en
la Universidad de Nimega,
Holanda, en su estudio
Moderne Spaanse en Spaans-
Amerikaanse Literatuur que
Pedro Páramo es mucho más
que una obra regional; es un
libro de carácter universal.
Según Steenmeijer es justo
por estos aspectos míticos y
universales que la obra ha po-
dido tener tanta influencia en
la literatura latinoamericana.
Explica que el libro ya em-
pieza con un motivo clásico
de la mitología: la búsqueda
del padre. Como Telémaco
en la obra de Homero, Juan
Preciado viaja a Comala
para buscar a su padre Pedro
inante en el pueblo, este viaje el protagonista, es un típico
nos hace pensar
en otro mito, el de Orfeo.
Juan Preciado entra al reino
de la muerte y desciende al
infierno, que en este caso se
llama Comala, que “[…] está
sobre las brasas de la tierra,
en la mera boca del Infier-
no.” Y como en el mito de
Orfeo, por mirar hacia atrás
pierde su propia vida. Rulfo
enfatiza este aspecto mítico y
que maneja el tiempo. Por un
lado nos encontramos en un
espacio y un tiempo históri-
co claramente definidos, por
otro lado, sin embargo, la
novela nos ubica en un es-
pacio mítico y en el eterno
presente del mito, donde
todo pasa simultáneamente,
donde el pasado de Pedro
Páramo no es un ‘atrás’, sino
algo contiguo, adyacente, al
lado. Son quizás estas refer-
encias al mundo mítico, en el
que no hay pasado ni presen-
te y donde vida y muerte se
encuentran en el mismo pla-
no, el aspecto rulfiano que ha
tenido más resonancia en la
literatura latinoamericana.
Tomás González
Uno de los autores en cuya
obra se puede notar clara-
mente esta influencia de
Rulfo es el colombiano
Tomás González. Hace unos
meses se publicó su debut
Primero estaba el mar en una
traducción holandesa; obra
que ya se publicó en Colom-
bia en 1983. A pesar de un
ambiente a veces alucinante,
es una obra completamente
realista - excepto el último
capítulo, en el que el protag-
onista que ha muerto unas
páginas antes se dirige indi-
rectamente, en tercera per-
sona, al lector. En una breve
reseña en el diario holan-
dés de Volkskrant, Maarten
Steenmeijer critica este
último capítulo, que es para él
(y traduzco libremente) “un
postre mágico realista que
deja un sabor incómodo.”
Concuerdo con Steenmeijer
cuando dice que la novela de
González hubiera sido mejor
sin las últimas páginas. Sin
embargo, no etiquetaría el
capítulo final como mágico
realista; creo que en la última
parte de su novela González
no pudo resistir la influencia
de Rulfo. ¡Que sigan hablan-
do los muertos!
En su obra más reciente, Nie-
bla al mediodía, publicada en
2015, la influencia de Rulfo
es hasta más notable. Raúl,
personaje de González: taci-
turno, tímido, poco sociable
y atrapado en la naturaleza.
Hace algún tiempo, su pareja
Julia, una poeta, lo dejó. Al
empezar la novela, ella está
desaparecida y se supone que
está muerta. Las preguntas
por el cómo y el porqué no se
contestan, ni se aclara si Raúl
tuvo parte en la desaparición
y la supuesta muerte de su
expareja. Es, en conclusión,
una novela que tiene ciertos
aspectos de un thriller, pero
al final no lo es.
Es curioso - y muy rulfiano -
que a pesar de estar muerta,
Julia sea uno de los narra-
dores de la historia, al lado
de Raúl, su hermana Raquel
y Aleja, amiga y colaboradora
de Julia. Nos habla en prim-
era persona desde la muerte
y dice cosas como: “Siento
lástima de mi padre, pues su
hija se le volvió agua y aire, y
él no quiere resignarse.” Por
sus comentarios podemos
suponer que se ahogó o fue
ahogado: “Sigo hundién-
dome. No tenía fondo esta
laguna.” Y: “Es como estar en
un acuario sin luz y en pres-
encia de todos.” ¿Realismo
mágico? No sé.
En sus comentarios, la voz de
Julia suena débil - lógico, ella
está muerta y debajo del
agua. Pero lo que sí podemos
oír, detrás de su voz, es el eco
de Juan Rulfo.
Texto escrito por Drs.
Willem Bant M.Ed.; do-
cente de holandés y espa-
ñol en el Colegio
Arubano y traductor jura-
do. Comentarios y obser-
vaciones: willembant@
hotmail.com.