Page 95 - Catalogo_Arte para Bogotá
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Mauricio Parra se entrega con alegría a la El director se dirige ahora al auditorio para introducir
presentación. Dirige bailando con sus manos, la última pieza. Harán, dice, un homenaje a Fernando
moviéndose con elegancia. La serenata entra a su León, un compositor colombiano. El homenaje dura
finale y la música da un sobresalto antes de terminar poco pero es suficiente para que el público aplauda
con delicadeza. El público aplaude mientras la felizmente al final. La Orquesta se retira y el auditorio
Orquesta se retira dando inicio al intermedio. se empieza a desocupar.
Se abren las puertas del auditorio y entran varias A la salida, después de casi dos horas de música, las
personas con instrumentos al hombro. Son personas no ocultan su felicidad. “Me encantó” dice
estudiantes de música que llegaron tarde y debieron Jessica, una mujer con acento argentino. “Muy, muy
esperar hasta el final de la serenata. Con ellos, según bueno. Es bacano que la universidad traiga gente
los organizadores, hay un total de 300 personas en el de afuera con tan buen repertorio. Sonó muy bien”
concierto, suficientes para llenar el 85% del lugar. En dice Miguel Ángel, un estudiante de los Andes. “Muy
términos de asistencia, el evento es un éxito. bonito” dice Miguel Espinel, un hombre de avanzada
edad que se mueve con rapidez para escapar del frío
Regresa la Orquesta con un nuevo integrante: el nocturno. “Excelente” dice Pablo Ardila, estudiante
reconocido violinista Miguel Ángel Guevara. La de Derecho de los Andes. “Un viaje sensacional”
audiencia lo recibe con aplausos expectantes, pues concluye antes de marcharse con su pareja. Los
él es el solista para las cuatro estaciones porteñas de grupos de personas se dispersan, cada uno con su
Astor Piazolla, la pieza principal del concierto. propio destino, discutiendo todavía el concierto. Atrás
queda Ana María revisando el auditorio.
Inicia la interpretación del tango del compositor
argentino y el público se deja transportar. El El director de la Orquesta, quien dice que “la música
entusiasmo y la agitación se alternan durante la es muy exigente porque nada está, lo único que vale
primavera y el verano porteños, para luego dar paso es el sonido que logramos dar en el momento del Imagen cortesía: Centro Cultural
a la melancolía del otoño y la calma del invierno. Un concierto”, dormirá tranquilo esta noche. Su equipo
joven de la audiencia, inspirado por la música, escribe jugó un muy buen partido.
algo en su iPhone; esperamos sea un cuento. Ana EL jaZZ,
María, guardia de seguridad encargada de que nadie
olvide sus pertenencias en el auditorio, confiesa que
le encanta cuando le asignan este tipo de eventos PEDaGoGÍa PaRa La
pues disfruta la música.
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Finaliza el invierno y el público rompe en aplausos
entusiastas. Alzan los brazos para acentuar su
reconocimiento al solista y a la Orquesta. El violinista Por Óscar Acevedo
se retira, pero antes saluda a Martha y a Miguel Ángel, Profesor asistente del Departamento
su esposa e hijo que lo observan desde la primera fila. de Música, Universidad de los Andes.
La insistencia de los aplausos obliga a que el solista
regrese un par de veces más al escenario. Cuando
se marcha definitivamente, una docena de personas
también dejan el lugar. Las estaciones de Piazolla
eran la mayor atracción del concierto. uando llegué a la Universidad, en el año 2007, me encontré con un grupo
Cde estudiantes con mucho interés pero con poco contacto con el mundo
del jazz, situación que es común en la mayoría de los centros de educación
musical de la capital colombiana, debido a la falta de presencia de esta
música en los medios masivos y a la poca educación musical en el pénsum
escolar de nuestro país. Este factor, sumado a la inclinación natural de la
juventud hacia el rock, el pop y la música fiestera, hace que la enseñanza del
jazz requiera de un esfuerzo adicional a la hora de familiarizar a los alumnos
con este lenguaje.
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