Page 138 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
P. 138
—Es que con la sorpresa de tu llegada me faltó la o, debe decir “Sé tú mismo”.
A decir verdad me molestó que Daniel omitiera escribir precisamente mi letra
favorita, pero no era hora de andar discutiendo. Además tenía ganas de saber por
qué había anotado aquella inscripción.
Pero mientras él leía el prólogo, yo trataba de entender. Y él seguía leyendo y yo
me confundía. Supongo que él también se confundía (abría tremendos ojos de
duda de vez en cuando), aunque no decía nada. Nuestra primera clase se
consumía de manera absurda.
—¡Deja de leer, Daniel!
—Sí, ahorita.
—¡Deja de leer! —repetí en el mismo instante en que le arrebataba el prólogo—.
No vas a entender si no recibes primero una explicación. Además tenemos que
encontrar un orden para nuestras clases.
—Tú empieza —propuso el pequeño.
—Ay, sí, cómo no, mejor empieza tú —protesté.
—¿Por qué yo?
—¿Por qué yo?
—¿Por qué yo?
—¿Por qué yo?
Y aquí debería haber entrado mi conciencia para advertirme que ni los peores
maestros del mundo podrían sostener un diálogo tan absurdo, pero ya conoces,
Kikirikidman, el grado de irresponsabilidad de mi conciencia (ni siquiera iba
conmigo ese día, su disc-conscience había sufrido un desperfecto y me pidió el
día libre para hacer válida la garantía).
—¿Por qué yo?
—¿Por qué yo?