Page 19 - Biografía de un par de espectros: Una novela fantasma
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—LUISA, me estoy mareando. ¿Será normal? Creo que voy a desmayarme…
—Cálmate, Javier, no es nada.
—En menos de treinta segundos va a nacer mi hijo, ¿y me dices que no es nada?
—La que va a tener el hijo soy yo y mírame: estoy tranquilita. Calma.
—Pero mi mareo no es por los nervios, es por otro asunto. Seguro debo de tener
alguna enfermedad gravísima, ¿verdad, doctor?
—Ya viene —anunció el médico sin dar importancia a las palabras de Javier,
mientras se acomodaba en la cabeza un tricornio multicolor.
Luisa tomó la mano de su esposo y la apretó cariñosamente.
—Me siento mal —dijo él.
—Respira hondo —dijo ella.
—Me siento mal.
—Todo va a salir muy bien. Respiración. Uno, dos. Respiración. Uno, dos. No te
olvides del curso —recomendó Luisa.
Javier comenzó a respirar de manera desordenada: inhalaba y exhalaba a
destiempo y de este modo se provocó una fuerte tos que estuvo a punto de
arrancarle el tapabocas.
—Ya viene, ya está aquí —repitió el médico.
—¡Cof! ¡Cof! ¡Cof!
—Calma, calma.
—Preparados…
La energía que se desprendía del quirófano podría haber hecho girar una rueda
de la fortuna cargada de levantadores de pesas, durante treinta días con sus
treinta noches. Parecía que en aquella sala de operaciones alguien había