Page 79 - Princesa a la deriva
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Posfacio:



               La china poblana








               CUENTAN los que gustan de contar historias que hace mucho tiempo, cuando
               empezaba el siglo xvii, unos piratas portugueses secuestraron en una playa de la
               India oriental a una bella princesa de nombre Mirnha. La llevaron a Manila, en
               las islas Filipinas, para venderla como esclava.


               Fue comprada y embarcada en la Nao de China para que llegara a la Nueva
               España. Un mercader había recibido este encargo del capitán Miguel de Sosa y
               su esposa, residentes de la ciudad de Puebla de los Ángeles.


               La princesa india desembarcó en el puerto de Acapulco y fue entregada a sus
               dueños. Su vestimenta llamó la atención. Vestía una camisa bordada, una falda
               de lentejuelas, unas zapatillas de seda y unas largas trenzas. Sus amos la

               bautizaron y la llamaron Catarina de San Juan. Por venir de Oriente, le decían
               «la chinita».

               Así nacieron la china poblana y el traje típico, con el que en México las mujeres

               bailan el jarabe tapatío.
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