Page 78 - Princesa a la deriva
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—Mila Milá, para mí siempre serás mi princesa, y juro ante ambas cuidarlas con
mi vida. Antes de que se enoje, doña Inés, prometo no defraudar su confianza y
solo hablarle en castellano.
Las carretas partieron. Doña Inés y Micaela se tomaron de la mano, contentas de
que el destino no las hubiera separado. El polvo del camino se tragó la caravana.
Desde el puerto solo se apreciaban el mar, la arena y la gran embarcación
llamada la Nao de China.