Page 32 - En estado de GOL
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mundo de lugar y que da ansiedad y desconfianza porque empiezas una vida que
no conoces, te mueves en un lugar que no conoces y, a cambio, dejas atrás
muchas cosas que son importantes, como tú, por supuesto. Pero también:
la escuela y los amigos,
el barrio,
el paisaje,
el estadio de futbol,
la disco y el cine.
¿No es verdad que del cine conoces hasta en dónde está roto el tapiz de las
butacas?
En cambio, aquí no me han dejado ir solo al cine ni una vez, como si fuera un
bebé, un niño de brazos.
“No vaya a ser que te pase algo”, me dicen.
Por lo pronto, antes de decirte qué me pasó hoy en la escuela, voy a empezar por
contarte lo que más me preocupa; no es una forma de disculparme, sino una
manera de confesarte la verdad, por más infantil que pueda parecerte a mis
catorce años. A lo mejor pensarás: “Este cuate sí es como un niño de brazos”.
Me lleva la que me trajo, como dice mi papá.
¿Sabes qué me pasó?
No me dejaron ir a despedirme de ti.
Quizá también por esa razón estoy furibundo con mis papás. Te estuve llame,
llame y llame, pero tu teléfono estaba descolgado o descompuesto; y como era
tarde, mi papá no me dejó salir, y mi mamá me dijo que no eran horas de ir a ver
a nadie y menos a una “niña”.