Page 91 - En estado de GOL
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La Ciudad de México es grande y está llena de sorpresas porque es, al mismo

               tiempo, moderna y antigua: tiene muchos barrios coloniales, como el Centro
               Histórico o Coyoacán, y lugares súper modernos, ciudades dentro de la misma
               ciudad, como Santa Fe.


               Mi papá nos ha llevado los fines de semana a pasear y, la verdad, hay lugares
               que impresionan, como el Zócalo, en el Centro Histórico, donde está el Palacio
               Nacional, o como Xochimilco o el Castillo de Chapultepec, un castillo de verdad
               donde vivieron los Niños Héroes, que fueron unos cadetes que defendieron el
               castillo y la bandera de México durante una invasión por parte de los Estados
               Unidos. Allí también vivieron Maximiliano, segundo emperador de México, y su
               esposa, la emperatriz Carlota. Él era austriaco y ella belga, y un buen día se les
               ocurrió a algunos países de Europa, ayudados por algunos mexicanos, que
               vinieran a gobernarnos.


               El bosque de Chapultepec tiene un zoológico inmenso donde, por cierto,
               nacieron uno o dos osos panda, no lo sé bien. También hay un lago donde puedes
               embarcarte o darles de comer a los patos.


               La colonia donde vivo, la Condesa, tampoco es fea; no vayas a creer que me
               quejo de vivir en el espanto. Vivimos en el sexto piso de un edificio viejo, pero
               remodelado. Es bonito el contraste de lo viejo con lo nuevo.


               La otra noche se fue la luz y mi papá tuvo que subir todos los pisos y llegó muy
               cansado. Mi mamá le dejó el súper a la portera y le dijo que cuando llegara la luz
               bajaría a recogerlo, que no traía nada para el refrigerador, y que de todos modos
               sin luz daba lo mismo.


               Pensándolo bien, no es la ciudad lo que me parece horrible, sino el cambio de
               vida. Te juro que ni la leche sabe igual. Mi mamá dice que la leche es de vaca y
               por tanto toda es idéntica, pero yo digo que la leche sabe distinto según la marca.
               La leche que tomábamos en Morelia sabía más rica, era más sabrosa. Fría
               parecía helado de vainilla. La leche de acá sabe a vitaminas. Voy a tener que
               probar varias marcas para ver cuál me gusta. Tengo que tomar leche por el fut,
               ¿sabes? Siempre el entrenador nos decía: “Un vasito de leche, un gol sin dolor”,
               aunque no sé para qué la tomo, aquí todavía no he entrado al equipo de la
               escuela. Eso también me tiene enojado. Estoy en la reserva porque la escuela es

               muy grande. Pero cuando me den la oportunidad de jugar, vas a ver cómo me los
               voy a poner. No van a ver ni por dónde entrará el gol.
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