Page 92 - En estado de GOL
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La ciudad es tan grande que mi papá lleva la Guía Roji abierta mientras nos

               trasladamos a cualquier parte, y cuando andamos en el coche todos vamos
               nerviosos porque con frecuencia nos perdemos. Mi mamá dice que la mejor
               forma de conocer un lugar es perdiéndose.


               Por lo pronto, los fines de semana siempre salgo con mis papás, como si fuera
               niño de primaria. En Morelia, en cambio, los sábados y domingos, si no quería ir
               con ellos de compras o al club o a donde fueran, iba al cine con mis amigos o a
               visitar a los abuelos; y el sábado, a veces, tenía permiso para ir a una discoteca
               con mis primos. Aquí ni de chiste me dejarían ir a una discoteca solo, y menos
               con lo que me pasó en la escuela.


               “Hasta que conozcamos a tus amigos. Ya ves…”


               Eso de “ya ves”, como te darás cuenta, es por lo que me pasó y que no te he
               contado todavía. Te lo voy a platicar después de comentarte que les protesté por
               escrito a mis papás. Es curioso, pero eso de escribir me gusta. Qué tonto,
               ¿verdad? Si no me gustara, no te estaría escribiendo.


               Como no pude presentar mi reclamación en una oficina de asuntos familiares, se
               la di a mis padres por escrito para que quedara constancia de mi protesta:






                                             Protesta oficial a mis padres





               Protesto. No nos preguntaron a mi hermana ni a mí si queríamos mudarnos de
               casa y de ciudad. No se vale.






               Extraño:


               a Paulina (puse tu nombre porque en mi casa no es un secreto que me gustas, ni
               modo),


               a mis amigos de la escuela y del barrio (sobre todo a Mario),
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