Page 29 - El disco del tiempo
P. 29

—Bueno, yo también. ¿Satisfecho?


               —No… Digo, ¿qué estudias?


               —Informática.


               —Yo me acabo de recibir de historiador y me encuentro ante el más grande de
               los enigmas.


               Al oír la palabra “enigma” Nuria se sobresaltó.


               —El más grande de los enigmas. ¿Dónde y de qué voy a trabajar?


               Nuria se encogió de hombros. Eso realmente no le importaba y menos ahora que
               estaba a punto de salir un toro del mar, convocado por el imperioso mandato de
               Minos.


               —¿Me permites…? —le dijo a Marco señalando la pantalla—. Tengo que
               terminar con esto.


               —¿Qué es, eh?

               Nuria le dirigió al muchacho una mirada seria que bastó para que éste levantara
               las manos en gesto de paz y se recargara en el respaldo de su asiento, dispuesto a

               enfrascarse en su lectura. Aunque a decir verdad, lo que estaba leyendo Nuria
               debía ser endiabladamente interesante, a juzgar por las expresiones de su cara y
               la premura en regresar a su lectura.


               Al término de su discurso, Minos se quedó mirando la superficie del mar. Tenía
               una gran confianza en sí mismo y en los dioses, pues se sabía de estirpe divina.
               Lo que parecía un espejismo, un artificio hecho de luz y de espuma comenzó a
               tomar forma definida, y ante los ojos del hijo de Europa apareció una entidad
               magnífica: un toro blanco de poderosos remos, con los cuernos del color de la
               plata. El animal emergió del océano con un cuerpo parecido al de las aguas y a
               cada paso, además de salpicar gotas infinitas, iba adquiriendo hechuras y
               movimientos de animal de la tierra.


               —Los dioses, una vez más, me sonríen —pensó Minos dando la bienvenida al
               prodigio, decidido a inmolarlo en el altar que para honrar a las divinidades había
               preparado.
   24   25   26   27   28   29   30   31   32   33   34