Page 240 - La vida secreta de Rebecca Paradise
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Me volví y allí estaba Sofía. O al menos una chica muy parecida, solo que esta
               no iba precisamente a la moda. Llevaba un jersey feo y oscuro que le venía
               grande, unos vaqueros largos y deshilachados y unas botas sucias. Ni siquiera

               sus orejas brillaban.

               –¿Por qué...? –se me ocurrió gritar, sorprendida–. ¿Por qué te has vestido así?


               Esta vez la que se sorprendió fue ella.


               –¡¿No habíamos quedado para zurrarnos?!


               –Está loca –me dije a mí misma–. ¡No digas tonterías, no pienso pegarme
               contigo! –grité.


               –¡¿Entonces, qué hacemos aquí?! ¡Me estoy empapando!


               Era cierto: la llovizna se había ido convirtiendo en un chaparrón respetable, y yo
               ni siquiera iba disfrazada de Indiana Jones como Sofía.


               –¡Ahí! –exclamé–. ¡Bajo la torre!

               En el centro de la zona de columpios había un castillo de madera por el que

               podían trepar los más pequeños. Sofía y yo corrimos a refugiarnos debajo de la
               torre, sobre la poca arena que aún estaba seca. Eso nos obligaba a permanecer
               muy juntas.


               –Di, ¿para qué querías verme entonces? –preguntó ella en un tono bastante
               desconfiado.


               –Mira, Sofía, ¿para qué andarnos con rodeos? Yo sé quién eres tú y tú sabes
               quién soy yo. ¿O no?

               Ella se encogió de hombros y empezó a dibujar sobre la arena con una ramita.


               –Bueno, vale... Si no quieres hablar, me marcho –me puse a gatear hacia la
               lluvia.


               –Espera –dijo, haciéndome retroceder–. ¿En serio eres... tú eres Rebecca?
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