Page 47 - Youth Stories

Luego de esa inesperada respuesta, volteé la mirada hacía la entrada del callejón y, pese a que la vista

desde el basurero no era muy clara, noté al policía que se dirigía hacia nosotros, pero al no ver nada,

simplemente devolvió sus pasos, no sin antes dejar un cartel junto al basurero, que mostraba una foto-

grafía del sujeto con el que estaba escondido.

Al ver el cartel, finalmente reconocí que era la persona con la que estaba conversando hace unos segun-

dos, “San Martín Delgado Meyers”, decía el cartel con información sobre la recompensa por informa-

ción acerca de su paradero.

- Eso estuvo cerca. – Dijo Martín mientras salía del basurero.

- ¿Qué hiciste para que estés en búsqueda de la policía? – Pregunte, sin saber ya en lo que me había me-

tido.

- Mmm… Por no haberme delatado y brindarme esas deliciosas galletas, te contaré mi historia, pero,

¡si llegas a delatarme, juro que te las veras conmigo! Por cierto, ¿Cómo te llamas?

- Claro… Me llamo Sebastián - Dije aun dudando de la recompensa.

Así que Martín procedió a contarme su historia.

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