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Bases psicopedagógicas de la enseñanza y del entrenamiento deportivo II – CFEM
Dar conocimiento de los resultados: Decirle al deportista si lo está haciendo bien o mal y por qué.
Conocer las aspiraciones: Hay que adaptar las enseñanzas a las aspiraciones, pero también a las posibilidades del deportista.
Incentivar a los deportistas: Utilizando refuerzos y castigos (desde un punto de vista pedagógico son mejores los refuerzos). Los veremos a continuación.
Utilizar materiales diversos: Especialmente los que favorezcan el deseo de aprender.
Manifestar las expectativas: Es bueno comunicarles lo que se espera de ellos, porque
activa su conducta.
1.3.1.3. LOS REFUERZOS Y LOS CASTIGOS:
Dentro de las estrategias estudiadas, vamos a hacer especial hincapié en los refuerzos, ya que se usan muy a menudo en el trabajo deportivo y a veces se pueden cometer errores por desconocimiento.
Lo primero que hay que tener en cuenta con respecto a los refuerzos y los castigos es que no hay nada que de forma permanente sea uno u otro. Es decir, que a lo mejor lo que para una persona es un refuerzo, para otra es un castigo. Depende de la motivación de cada uno (hay gente muy rara por ahí que le gusta que le peguen y todo). De esta manera, antes de utilizar uno u otro, lo primero que tendremos que hacer es conocer bien al deportista, para saber si vamos a conseguir el resultado buscado.
LOS REFUERZOS:
Los refuerzos se utilizan siempre que lo que se busca es premiar una conducta considerada como “positiva” con el objetivo de que esta se repita en el futuro. Esta conducta puede ser muy variable: una habilidad técnica que se quiere que obtenga el deportista, una buena actitud hacia un compañero, el esfuerzo puesto en los entrenamientos, etc.
TIPOS DE REFUERZOS:
Refuerzo positivo (o recompensa): Consiste en ofrecer o presentar algo positivo a una persona cuando hace algo bien, con el objetivo de que esa conducta se repita en el futuro. Ej: un aplauso, trofeo, dinero, tiempo para jugar, una coca-cola...