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Bases del comportamiento deportivo.
Tema 1 – Características motrices, psicológicas, afectivas y sociales de las personas
de mil palabras). Se dan ciertas fases de desequilibrio sobretodo poniendo a prueba los límites de control sobre los adultos que les rodean. Ganamos en independencia: podemos vestirnos, asearnos, comer, entretenernos solos.
Es la “temida” edad del “por qué”. Estas preguntas les sirven para conocer su mundo y para practicar las estructuras gramaticales y entonaciones que están aprendiendo.
3 a 6 AÑOS (Descubrimiento de la realidad exterior)
El niño de 3 años tiene muy desarrolladas ya sus capacidades perceptivas y motrices, por lo que esta etapa se va a caracterizar por el ejercitamiento de su capacidad de atención, memoria, observación, curiosidad... Ahora no sólo quiere aprender a montar en bicicleta (capacidad perceptiva y motriz) sino intentará investigar por qué al dar pedales se mueven las ruedas (observación, curiosidad...)
La capacidad motriz es muy plástica, lo que favorece la adquisición de nuevas habilidades y la ejecución de movimientos de manera espontánea y fácil. Por esta razón debemos proponer en los “entrenamientos” actividades muy globales donde intervenga todo el sistema muscular. El aprendizaje excesivamente especializado demasiado temprano va a perjudicar la capacidad para dar respuestas flexivas y diversas en la ejecución de movimientos.
También es interesante comenzar a trabajar la dominancia lateral. La lateralidad es el predominio de las extremidades derecha o izquierda en la ejecución de acciones (es decir, el ser diestro o zurdo). Como técnicos deportivos, deberemos observar cuál es el lado dominante para respetarlo y afianzarlo, pero sin olvidar potenciar el otro lado para fomentar mayores destrezas motrices.
Hacia el final del tercer año, el niño descubre sus órganos genitales y a identificarse con uno u otro sexo. Es la etapa en la que los niños se sienten más atraídos por el progenitor de sexo contrario (Complejo de Edipo).
Esta etapa está marcada por el egocentrismo, o la creencia de que todas las personas ven el mundo de la misma manera que él o ella; el niño entiende el mundo desde su perspectiva, es decir, que todo gira en torno a él. No hay que entender el egocentrismo como algo negativo, simplemente nos cuesta entender todo lo que no gira en torno a nosotros.
Otro factor importante que va evolucionando en esta etapa es la Conservación, que es la capacidad para entender que la cantidad no cambia cuando la forma cambia. Es decir, si el agua contenida en un vaso corto y ancho se vierte en un vaso alto y fino, los niños hasta los 4 años aproximadamente creerán que el vaso más alto contiene más agua debido solamente a su altura. Esto es debido a su incapacidad para entender la reversibilidad y debido a que se centran en sólo un aspecto del estímulo, por ejemplo la altura, sin tener en cuenta otros aspectos como la anchura. A medida que se van acercando a los 6 años, van comprendiendo el principio de la conservación y te dirán que ambos vasos tienen la misma cantidad de agua.
El pensamiento es discontinuo, entre otras cosas porque nos cuesta mantener la atención en un mismo estímulo. Esta característica, la deberemos de tener en cuenta a la hora de enseñar a niños de esta edad planificando actividades diversas que impliquen mantener la atención durante relativamente poco tiempo.
Hasta aproximadamente los cuatro años, el mundo real e imagina del niño están bastante unidos. Jugamos y fabulamos constantemente sin que los límites de la realidad estén del todo claros.