Page 12 - TEMA 4 ORIENTACIONES METODOLOGICAS DEL DEPORTE ADAPTADO
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Deporte adaptado y Discapacidad. Tema 4 – Orientaciones metodológicas
Tener en cuenta siempre, en la presentación de los contenidos que se van a trabajar, que los canales de información sean los más adecuados en cada caso. A veces ocurre que un participante con dificultades de audición no progresa, simplemente porque no se ha enterado bien del mensaje que se le ha dado.
Cuando en el grupo de trabajo se encuentra, por ejemplo, un participante sordo, será conveniente implementar la información con señales visuales y gestos para que el contenido del mensaje llegue en las mejores condiciones posibles: ponerse frente a él para hablarle y que pueda leer en los labios; no tener nada en los labios que impida su visualización; realizar un gesto que explique mejor lo que se pretende transmitir o realizar un dibujo o gráfico fácilmente comprensible; acompañar la explicación con movimientos expresivos de las manos, del cuerpo, etc., pueden ser ejemplos que ayuden a entender mejor lo que se le está explicando y poder participar en la actividad con el resto de sus compañeros.
También los deportistas con discapacidad pueden ayudar al resto de compañeros a organizarse y a desarrollar sus capacidades y habilidades a partir de las propias limitaciones; una persona con discapacidad visual, por ejemplo, puede enseñar a los demás los «trucos» y estrategias que se pueden utilizar en diferentes momentos y ante distintas situaciones.
Introducir actividades individuales cuando sea necesario afianzar algún contenido. Cuando algún participante, a causa de su discapacidad, no pueda participar en la misma actividad que el resto de sus compañeros, se debe plantear una actividad específica para él, ajustada a sus posibilidades de ejecución; esto no significa, en modo alguno, un apartamiento o marginación del grupo o hacerle de menos; muy al contrario, es una intervención que le permite seguir en el grupo trabajando de otra manera, pero buscando desarrollar las mismas capacidades que se han planteado para el resto de sus compañeros
Por ejemplo, en una sesión en la que se está trabajando el toque de dedos en voleibol, y en el grupo se incluye un alumno que tiene patología visual, se puede plantear que éste trabaje con un balón sonoro con otro compañero vidente, lanzando y recibiendo el balón con las dos manos desde distintas direcciones.
Cuando surjan dificultades o conflictos en alguna actividad, se puede plantear que todos los integrantes del grupo participen en la búsqueda de la solución más adecuada. Muchas veces la imaginación en un momento determinado frente a un problema puntual hacen más fluida la marcha de la actividad y permiten superar el problema planteado.
Es positivo para todos los participantes descubrir, por ejemplo, cómo se percibe un juego con un balón por medio cuando hay ausencia de visión. En este sentido, la vivencia de esa nueva situación ayuda a encontrar recursos que ofrecer al compañero con discapacidad visual durante la actividad.
Utilizar estrategias para centrar la atención del grupo en aquello que es verdaderamente importante. A veces, los deportistas con dificultades de aprendizaje, debido a discapacidad intelectual, por ejemplo, demandan que la información se focalice en los aspectos importantes de lo que se pretende transmitir, pues pueden perderse en una amalgama de detalles poco relevantes y que desvirtúan los aspectos centrales del mensaje.
Por ello, sería necesario que ante una explicación relevante antes de una actividad, el responsable de la actividad comentara: fijaos bien, es muy importante que..., prestad especial atención a..., no olvidéis que..., con lo que se puede lograr que el participante que presenta una mayor dificultad en la captación y/o interpretación del mensaje se entere bien de lo que ha de hacer, por qué y para qué.