Page 105 - 0003476
P. 105
xo8 G. Mar anón
creíamos firmemente, nos haya servi
do durante un cierto tiempo para ali
viar muchos sufrimientos y dolores.
Después, nuevos estudios nos conven
cen de la falsedad de su fundamen
to científico, y entonces, esa medicina
misma, recetada sin convicción, no sir
ve ya. Un ejemplo muy típico es el de
la esparteína, con la cual durante mu
chos años nuestros abuelos en la cien
cia han curado, literalmente, a muchos
cardíacos, mientras estuvieron conven
cidos de su acción admirable sobre el
corazón decaído. Un día se demostró,
en un laboratorio, que esta acción era
ilusoria, y la esparteína, desinflada de
la fe, no ha vuelto a servir más. Y
digo todo esto sin temor a depreciar,
ante quien me lea, el valor de la cien
cia. Porque esta sugestión que la con-