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144 G. Marañón

los problemas más delicados de su he­
rencia. Es excepcional que algún enfer­
mo no se preste con naturalidad a estos
métodos, y el médico los aplica sin re­
paro de su conciencia, porque sería
también excepcional el que dejase de
prestarse él mismo, si enfermara, a
análoga exhibición. La evolución de los
tiempos, que ennoblece el Hospital y
capta dentro de él cada vez a mayor
número de clases sociales, irá exten­
diendo más y más esta liberación del
secreto profesional. Es inútil hacer
consideraciones teóricas acerca de si
esto es lícito o conveniente; por encima
de ellas está la realidad, que se impo­
ne y que no tiene el menor aspecto de
cambiar. Lo probable, pues, es que en
un plazo breve el secreto profesional
quede reducido a casos especiales y

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