Page 146 - 0003476
P. 146

Vocación y ética          149

             sus fuerzas y engordar merced al régi­
             men hipersalino, a las inyecciones de
             hormona cortical, a la alimentación hi-
             drocarbonada y grasa, etc., sentimos la
             conciencia aliviada del resquemor que
             nos dejó el sinnúmero de punciones ve­
             nosas que hubimos de hacer a los en­
             fermos precedentes.
                El problema parece, pues, claro: está
             autorizada toda investigación que re­
             dunde, posiblemente, en beneficio del
             paciente o de sus futuros compañeros
             de enfermedad; y que, por de contado,
             no perjudique en lo más mínimo ni al
             curso del proceso ni a su salud en ge­
             neral. Pero esto, tan claro, hay que
             repetirlo, porque, a veces, nos repugna
             leer en revistas que hay médicos que
             llevan al vicio este celo por la inves­
             tigación y someten a sus enfermos a
   141   142   143   144   145   146   147   148   149   150   151