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’S2 G. Marañan

gan o ponen reparos a ser vacunados en
tiempo de epidemia; a inyectarse el ar­
sénico o el bismuto, siendo sifilíticos;
a hacerse una punción lumbar indis­
pensable para su diagnóstico; a ope­
rarse, etc., etc. Si en estos casos recu­
rrimos, por el bien inmediato y seguro
del enfermo, a rendir, con arte o con
discreta violencia, su voluntad, pode­
mos extender la justificación y la tác­
tica a estos otros casos de resistencia
a una fundamentada experimentación.

Deberes del médico
con la sociedad.
Medicina y riqueza.

La situación del médico frente a la
sociedad se presta también a comenta­
rios importantes, pero se pueden re­
ducir a uno sólo: la Medicina no debe