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Vocación y ética x53
ser jamás objeto de lucro. Este fun­
damental precepto deriva estrictamen­
te de la necesidad de la vocación. Al
médico con vocación podrán afluirle
las ganancias si tiene éxito profesional.
Pero jamás las buscará deliberadamen­
te ni alterará en lo más mínimo, por
buscarlas, la línea de sus deberes pro­
fesionales y científicos. La vocación
verdadera lleva, con facilidad inespe­
rada, hasta los extremos heroicos del
sacrificio. Por eso, todo médico que
sacrifica su ética al dinero es, funda­
mentalmente, más que un médico in­
moral, un médico malo, en su sentido
profesional y profundo, es decir, un
médico sin vocación, cualquiera que
sea el imperio de las causas que pa­
rezcan justificar su fechoría.
En otra ocasión lo he dicho: el jo-