Page 374 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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autores dudan de él, otros describen de la siguiente manera: tiene un solo cuerno,
aunque sumamente generoso, que le crece en medio de la frente. Su cabeza parece la
de un venado; tiene patas de elefante, cola de jabalí, y el resto del cuerpo se parece al
del caballo. El cuerno mide aproximadamente cuarenta y cinco centímetros. Su voz se
asemeja al mugido de un buey. Sus crines y su pelo son de color amarillento. El
cuerno es duro como el hierro y áspero como una lima, retorcido o en forma de
tirabuzón, como una espada flamígera; muy recto, afilado y negro por todas partes,
salvo en la punta. Se le atribuían muchas virtudes, la expulsión del veneno y la cura
de varias enfermedades No es un animal de presa». [86]
Si bien el unicornio se menciona varias veces en las Escrituras, todavía no se ha
encontrado ninguna prueba de su existencia. Se conservan unos cuantos cuernos para
beber en diversos museos, supuestamente hechos con su punta. Sin embargo, es
bastante probable que aquellos recipientes para beber en realidad se hicieran con los
colmillos de algún mamífero grande o con el cuerno de un rinoceronte. J. P. Lundy
cree que el cuerno del unicornio representa el cuerno de la salvación mencionado por
san Lucas, que pincha el corazón de los hombres y los hace pensar en la salvación a
través de Cristo. Los místicos cristianos medievales utilizaban el unicornio como
emblema de Cristo y, por consiguiente, esta criatura debe representar la vida espiritual
del hombre. Es posible que su único cuerno represente la glándula pineal o el tercer
ojo, que es el centro de conocimiento espiritual situado en el cerebro. El unicornio fue
adoptado por los Misterios como símbolo de la naturaleza espiritual iluminada del
iniciado; el cuerno con el cual se defiende es la espada flamígera de la doctrina
espiritual, que prevalece sobre todas las cosas.
En el Book of Lambspring, un tratado hermético poco común, hay un grabado en
el que aparecen juntos un ciervo y un unicornio en un bosque. Acompaña a la imagen
el siguiente texto: «Los sabios dicen que en verdad hay dos animales en este bosque:
uno espléndido, hermoso y rápido, un ciervo grande y fuerte, y el otro, un unicornio.
[…] Si aplicamos la parábola a nuestro arte, diremos que el bosque es el cuerpo. […]
El unicornio será el espíritu de todos los tiempos. El ciervo no desea más nombre que
el del alma; […]. Quien sepa domesticarlos y dominados con arte, emparejarlos y
hacerlos entrar en el bosque y salir de él merece ser llamado Maestro».
El diablo egipcio, Tifón, se simbolizaba a menudo mediante el monstruo Set, cuya
identidad es poco clara. Tiene una nariz rara, como un hocico, y orejas puntiagudas;
podría haber sido una hiena cualquiera. El monstruo Set vivía en las tormentas de
arena y deambulaba por el mundo divulgando el mal. Los egipcios relacionaban el