Page 372 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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El culto al toro no se limitaba a Egipto, sino que se extendía a muchas naciones del
mundo antiguo. En India, Nandi, el toro blanco sagrado de Shiva, sigue siendo objeto
de gran veneración y tanto los persas como los judíos aceptaban al toro como un
símbolo religioso importante. Los asirios, los fenicios, los caldeos y hasta los griegos
reverenciaban a este animal y Júpiter se transformó en un toro blanco para raptar a
Europa. El toro era un emblema fálico poderoso, que representa el poder creador
paternal del demiurgo. A su muerte, con frecuencia era momificado y enterrado con
pompa y ceremonia, como si fuese un dios, en un sarcófago especial. Las
excavaciones realizadas en el Serapeum de Menfis han revelado las tumbas de más de
sesenta de estos animales sagrados.
Como el signo que se alza sobre el horizonte en el equinoccio vernal constituye el
cuerpo estrellado para la encarnación anual del sol, el toro no solo era el símbolo
celeste del Hombre Solar, sino, puesto que el equinoccio vernal tenía lugar en la
constelación de Tauro, decían que inauguraba o despuntaba el año. Por este motivo,
en el simbolismo astronómico a menudo se ve al toro rompiendo el huevo anular con
los cuernos. Además, el Apis también representa la encarnación de la mente divina en
el cuerpo de un animal y, por consiguiente, que la forma animal física es el vehículo
sagrado de la divinidad. La personalidad inferior del hombre es el Apis en el que se
encarna Osiris. El resultado de la combinación es la creación de Sor-Apis (Serapis): el
alma material que gobierna el cuerpo material irracional y está metida en él. Al cabo
de un período determinado (que se calcula por el cuadrado de cinco, o veinticinco
años), el cuerpo del Apis es destruido y su alma es liberada por el agua que ahoga la
vida material, como se indicaba cuando las aguas bautismales de la luz y la verdad
divinas arrastraban la naturaleza material. Ahogar al Apis es el símbolo de la muerte;
la resurrección de Osiris en el nuevo toro es el símbolo de la renovación eterna. El
toro blanco también se consagraba simbólicamente como emblema elegido de los
iniciados y representaba el cuerpo material espiritualizado tanto del hombre como de
la naturaleza.
Cuando el equinoccio vernal dejó de tener lugar en el signo de Tauro, la divinidad
solar se encarnó en la constelación de Aries y el carnero se convirtió entonces en el
vehículo del poder solar. De este modo, el sol que sale en el signo del cordero celestial
triunfa sobre la serpiente simbólica de la oscuridad. El cordero es un emblema
conocido de pureza, por su mansedumbre y la blancura de su lana. En muchos de los
Misterios paganos representaba al Salvador universal y en el cristianismo es el
símbolo favorito de Cristo. En las pinturas de las iglesias primitivas aparece un
cordero de pie en lo alto de una colina y de sus patas brotan cuatro fuentes de agua