Page 427 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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Omega lolh Aglanbroth Abiel Anathiel Tetragrammaton y por todos los
demás nombres de Dios grandes y gloriosos, sagrados e inefables, misteriosos,
poderosos e incomprensibles, para que escuchéis las palabras de mi boca y me
enviéis a Pabiel o a algún otro de los espíritus que os sirven y velan por vos
para que me enseñe lo que le pida en nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu
Santo. Amén.
Os suplico, Pabiel, por todos los espíritus del cielo, los serafines,
querubines, tronos, dominaciones, principados, potestades, virtudes,
arcángeles y ángeles, por los sagrados grandes y gloriosos ángeles Orphaniel
Tetra-Oagiel Salamla Acimoy pastor poti, que os presentéis de inmediato, que
os mostréis enseguida para que podamos veros y oíros, que nos habléis y
cumpláis nuestros deseos y que por vuestra estrella, Júpiter, y por todas las
constelaciones del cielo y por lo que sea que obedezcáis y por vuestro carácter
que habéis dado, propuesto y confirmado, que me atendáis de acuerdo con la
plegaria y las peticiones que he hecho a Dios Todopoderoso y que de
inmediato me enviéis a uno de los espíritus que velan por vos para que de
buen grado, de verdad y fielmente cumpla todos mis deseos y que le ordenéis
que comparezca ante mí en la forma de un hermoso ángel, que se ponga en
comunicación conmigo con delicadeza, cortesía, amabilidad y docilidad y que
no permita que ningún espíritu maligno me ocasione ningún tipo de daño, me
asuste ni me espante de ningún modo ni que me engañe en modo alguno. En
virtud de Nuestro Señor Jesucristo, en cuyo nombre atiendo, espero y aguardo
vuestra aparición. Que así sea, que así sea, que así sea. Amén, amén, amén.
Interrogatorios
[Después de convocar el espíritu a su presencia, el mago lo interroga de la
siguiente manera:]
—¿Venís en paz en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo?
—Sí —responderá el espíritu.
—Me alegro de que estéis aquí, noble espíritu. ¿Cuál es vuestro nombre?
—Pabiel. —responderá el espíritu.
—Os he invocado en el nombre de Jesús de Nazaret, ante cuyo nombre
todos se arrodillan en el cielo, la tierra y el infierno y todas las bocas
reconocen que no hay ningún nombre como el suyo, que ha dado poder a los