Page 493 - Las enseñanzas secretas de todos los tiempos
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con lo cual se establece un punto de conciencia llamado el Ego. Como los universos
de la naturaleza se forman a partir de los poderes latentes en el huevo cósmico, todo
lo que usa el hombre a lo largo de todas sus reencarnaciones en todos los reinos de la
naturaleza se extrae de los poderes latentes que hay dentro de su huevo áurico. El
hombre no se separa jamás de este huevo y lo conserva incluso después de su muerte.
Tanto sus nacimientos como sus muertes y sus renacimientos se producen dentro de él
y no se puede romper hasta que «sea con nosotros» el día más bajo, cuando la
humanidad —como el universo— se libere de la rueda de la necesidad.
El sistema cabalístico de los mundos
En el gráfico circular que aparece más adelante, los anillos concéntricos representan
de forma esquemática las cuarenta velocidades de vibración —los cabalistas las
llaman «esferas»— que emanan de AIN SOPH. El círculo X1 es el límite exterior del
espacio, que circunscribe la superficie de AIN SOPH. La naturaleza del AIN SOPH
Absoluto se divide en tres partes, representadas, respectivamente, por los espacios
comprendidos entre X1 y X2, entre X2 y X3 y entre X3 y A1, como sigue:
Hay que tener en cuenta que, al principio, lo único que impregnaba la superficie
del círculo era la sustancia suprema, AIN, porque los anillos interiores todavía no
habían llegado a manifestarse. A medida que la Esencia Divina se fue concentrando,
los anillos X2 y X3 se volvieron comprensibles, porque AIN SOPH es una limitación
de AIN y AIN SOPH AUR, o la luz, es una limitación mayor aún. Por eso, la
naturaleza del Uno Supremo se considera triple y, a partir de esta naturaleza triple, los
poderes y los elementos de la creación se reflejaban en el abismo que dejaba el
movimiento de AIN SOPH hacia su centro absoluto. El movimiento continuo de AIN
SOPH hacia su centro absoluto hizo que se estableciera el punto en el círculo. El
punto recibió el nombre de Dios, como la individualización suprema de la Esencia
Universal. A este respecto, el Zohar dice lo siguiente: