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reconocible de inmediato como cerebro humano. El cerebro de un
feto va adquiriendo aspecto humano poco a poco. La pendiente no
debate cntran
temen caer por una resbaladiza pendiente entre estos dos extremos
do un ser humano consciente? ¿Lo es un feto un día antes de su na-\
bien definidos. Y la pendiente es auténticamente resbaladiza, pues
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cuestiones. Tomemos el problema del aborto. ¿Es un óvulo fertiliza-,
El problema de la conciencia acecha detrás de otras inquietantes
tas partidarios de la legalización del aborto como los antiabortistas
muy pronto un feto humano desarrolla un cerebro, pero éste no es
difícil decir que un óvulo fertilizado sea consciente o
po. El progreso sin descanso de la inteligencia de las máquinas, tema
cas décadas a las máquinas a niveles de complicación y refinamiento
más, no hay manera convincente de medirla. Pero la disparidad entre
cerebro humano. Su complejidad y sutileza es hoy
que un feto completamente desarrollado no lo sea. Tanto los activis-
las capacidades de las máquinas y las de los animales más avonzados,
qué pasará con la voluntad tibre? ¿Tomarán sus propias de-
ción acerca de la experiencia subjetiva de los insectos, aunque, una vez
cisiones las máquinas de complejidad humana? ¿O se limitariin a se-
ras máquinas» es despectiva tanto para los animales como para las
máquinas. Las máquinas de hoy son todavía un millón de veces más
como la subespecie del homo Japiens sapiens, no dUnlró mucho tiem-
neral para experimentar o medir la experiencia subjetiva de otro ente.'
al que nos dedicaremos en los próximos capítulos, llevará en unas po-
en el problema de los derechos de los animales. Las discusiones sobre
los derechos de los animales, acerca de si ciertos animales sufren o no
comparable a la de los insectos. Es relativamente escasa la especula-
La opinión, por cierto no infrecuente, que ve en.los animales «me-
en determinadas circunstancias, se derivan de nuestra incapacidad ge-
guir un programa, si bien muy complejo, pero un programa al fin
al cabo? ¿Hay alguna distinción que hacer a este respecto?
humanos, y aún más allá. ¿Serán conscientes esas máquinas?
el
Admitimos que en también otras cuestiones difíciles de definir, como la relativa a la dig- nidad humana, pero, en 10 fundamental, la discusión gira en torno percibir y tener emocíones. En otras palabras,
donde detenerse. ¿cuándo estamos ante un ser consciente?
simples que el ¿y cimiento? Es tiene lomos a la capacidad de
el am'arillo. Considero que el lenguaje para expresar mi experiencia
mentales, ello no proporcionaría una experiencia subjetiva del rojo o
dispusiéramos de una teoría plenamente satisfactoria de los procesos
yo
del rojo es inadecuado. Tal vez pueda reunir algunas reflexiones poé-
trado con lo mismo, me resulta imposible compartir mi experiencia.
ticas acerca de ello, pero a menos que mi interlocutor se haya encon-
que sistema nervioso calamar gigante? parece evidente
mismo animales que expresan
usted lo y un ¿Qué es, pues, un
que experimenta cuando habla del rojo? Tal vez su experiencia del rojo sea como la mía del azul, y a la inversa. ¿Cómo podemos comprobar nuestras su- posiciones de que experimentamos de la misma manera estas cuali· dades? En verdad, sabemos que hay algunas diferencias. Puesto que yo padezco de daltonismo, hay matices de color que a mí me parecen idénticos y que para los demás son distintos. Quien
sé mía. ¿Qué experimentan todos"ellos? Nunca lo sabré. diferencia entre los que se encuentra el autor de este libro, les que, dadas las percepciones empáticas de los
¿cómo gran con estos sagaces cefalópodos. sin una contrapartida humana?
Entonces, la dada
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