Page 1212 - JULIO
P. 1212
bajo esta estrella hermosa que nos invita a llegar juntos hasta 9
nuestro redentor, implorando siempre por este lindo sentimiento
tras una sencilla oración.
Amor, acompáñame, que Dios está dispuesto hacer maravilloso
nuestro destino, acompáñame a envejecer, a cuidar a nuestros
hijos…; sé siempre tú a la que ame fielmente mi corazón, y se tú la
que, en un sarcófago, algún día me estés enterrando.
Recuerda que, si he de faltarte, mi alma ha de quedar para
cuidarte, no te preocupes mi amor, que nada ni nadie te
lastimará, no me llores, vela nuestros hijos, por el mundo que
construimos; pues desde donde éste mi vida seguirá siendo tuya,
porque te cielo y siempre te amaré.
Mi soñado amor:
Anoche tuve un sueño y dentro de ese sueño estabas tú. Era muy
extraño, como si los dos estuviésemos en una burbuja en el cual
nada ni nadie pudiese interrumpirnos.
Todo era bello, especialmente el poder abrazarte, llorar juntos y
hablar de las cosas que todo este tiempo guardé en mi corazón.
En nuestra burbuja no había nada que nos separara, éramos uno
sólo.
Pasábamos el tiempo abrazado, hablando como si jamás
hubiésemos estado separados…
Era un sueño extraño, pero hermoso, pues estábamos tú yo solos,
viviendo nuestro amor.
Miraba tus ojos tan cerca de los míos, te amaba, te hablaba,
sonreías y sólo había felicidad. ¡Qué momentos más hermosos
eran esos los de aquel sueño!
En la mañana despertaba y no quería no, no quería que te fueses
de mi lado, miré mi ventana y rápidamente te escribí estas líneas
para contarte que esa noche mágica estuviste conmigo, te pude
sentir bien cerca, tanto que hasta podía sentir tu respiración.