Page 1653 - JULIO
P. 1653

Te cielo mi amor, esta carta es para ti                                          3


                  UN AMOR COMO NINGUNO

                  Mi querido amor:


                  Amor  mío,  no  hay  prisa,  no  necesito  amarte  sin  descanso,  necesito
                  sencillamente amarte con el tiempo, los días pasan y así lo siento, van

                  pasando los meses desde nuestro juramento, pero aquí en el corazón y en
                  el pensamiento hace mucho más tiempo que te llevo dentro.

                  No hay prisa porque tiempo es lo que tengo, yo sabré esperarte hasta que

                  la vida nos regale el primer encuentro.

                  Yo sabré amarte desde lo profundó de mi cuerpo, donde permanece mi
                  ternura, mi deseo y este temblor que se apodera de mi cuerpo cuando sólo

                  te traigo a mi pensamiento.

                  No  hay  prisa  precioso  amor,  cada  noche  alimentas  mi  pasión  cuando
                  alborotas mis sentidos al ver tu rostro con amor.


                  Yo te necesito y aunque te he tocado en sueños, sé esperarte el tiempo
                  requerido para hacerte una realidad amor eterno.

                  No hay prisa, pues mi amor es sincero, es la mejor vivencia que el cielo

                  pone en mis manos.

                  Como todo no puede ser perfecto, habrá obstáculos que se atraviesen como

                  derroteros, pero yo lo entiendo, será la prueba para darle fortaleza a este
                  amor nuestro.

                  Mi vida soy como la mariposa libre como el viento aferrado a esta tierra

                  que me da el sustento y si un día he de volar será para caer entre tus brazos.

                  No hay prisa y así lo siento, he de amarte toda una vida si tú me llevas en
                  tu cuerpo arrugadita en tu corazón para llenarte la vida de contento.

                  Cada día el amor es nuevo, con sueños diferentes que renuevan nuestro

                  aliento, con nuevas ilusiones por vivir lo nuestro y nuevas sensaciones de
                  desearnos por completo.


                  Te cielo, es lo primero que te digo mientras te dejo un beso, te miro y no te
                  tengo, pero aquí en este corazón algo me da un vuelco: eres tú  que  te
                  acomodas para decirme, ¡aquí estoy de nuevo!
   1648   1649   1650   1651   1652   1653   1654   1655   1656   1657   1658