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Es difícil saber cómo abordar a un hermano o a un amigo en desgracia, cómo no ser inoportuno o insensible. Las siguientes son algunas recomendaciones para el amigo o el familiar que rodea al que pasa por una enfermedad:
Entiende que no son los mismos. El proceso puede desgastar el espíritu y la mente ocasionando que sus reacciones o palabras no siempre sean justas. Aunque no es una justi cación, el que pasa por un proceso puede llegar a ser hiriente, poco paciente, sentido, evasivo y muy cuestionador.
No dejes de estar presente. De la forma en que puedas. Un mensaje, una oración, una llamada, pero sobre todo, unos minutos de tu tiempo. La presencia física en momentos de angustia, hace la di- ferencia para quien los vive. Cada amigo y familiar es un pilar que te hace fuerte con sus palabras y oraciones ...Y si a ese pilar lo vez y lo tocas te permite no solo sentirte apoyada si no también, disfru- tar ese contacto que reconforta el alma adolorida y abatida frente al dolor del día a día.
No le digas al enfermo que minimizas su situación. Quizás por hacerle sentir bien se expresa que “pudo ser peor”, que tiene suerte de padecer un tipo de cáncer y no otro, pues esto minimiza lo que la persona está enfrentando en ese momento. No hay nada afortunado en tener cáncer, incluso si es uno de los “buenos”.
No lo confundas. Todos queremos ofrecer soluciones, pero debemos aportar recomendaciones probadas y seguras.
No sugieras que el estilo de vida de la persona es causante de la enfermedad, incluso si en efecto puede haber contribuido. La culpa no ayuda.
Cuando puedas, acompáñalo después de que pasen los momentos más difíciles de su proceso. Nunca serás inoportuno. Una presencia breve, un detalle, una llamada; esas manifestaciones son brisa fresca para el alma.
Cuando puedas, investiga más sobre la enfermedad que se enfrenta. Es bueno entender el proceso y saber en qué momento y con cuáles efectos estás acompañando a tu hermano o amigo.
No dejes de inyectarle Fe. Ayúdalo a construir planes futuros, a ver con optimismo lo que viene. No lo dejes fuera de actividades y planes.
Ayúdalo a mantenerse activo; a tener proyectos por realizar.
Abrázalo, compártele tus proyectos, recuérdale en cada momento que es parte importante de tu vida.
Fe, prevención y acción | Por Beatriz Palacios 7