Page 44 - Diálogos
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3/4 de tiempo de vida pasada en locas
ideas corriendo por la cabeza, como una co-
rriente de fresca brisa de menta
Fue durante la noche que me quede pensando. Digo,
pensar es un decir, ya que son solo imaginaciones
mías, imagino que pienso y luego creo que pienso y
al último, pienso, según yo. En fin, el punto es que
pensaba. Pensaba, creía pensar. O no pensaba. ¿Quién
puede decirlo? Si ni yo mismo lo sé. Solo sé que mi
mente olía imágenes, que veía sonidos. Eran algo
completamente nuevo para mí.
Y de pronto, ¡zas! ya no están allí. Todo cambio, el
cuarto, mi ropa, mis sueños, bueno hasta el cielo. Ya
no es oscuro y estrellado, es púrpura, como el color
de la sangre cuando empieza a salir por una jeringuilla
y se mezcla con la heroína, ese color tan bonito que
parece que es jugo de uvas, que dan ganas de co-
mérselo, aunque esto sea la muerte, porque como
todos saben, tompin es un pequeño gnomo que vive
en el centro de la tierra, sirviendo bebidas refrescantes
como el nor, el akdov, el cangoc y demás hierbas
olorosas. Se esconde en un viejo cañón de la armada,
que resiste tanto los golpes que ni lombriz ha podido
romperlo. Ese viejo cañón cuenta historias a todo aquel
que quiere escucharlo. ¿Ya escucharon la historia del
hombre que por creer que pensaba, pensaba? ¿No?
Ja, ja, ja, es buenísima. Miren niños, hijos míos y de
la madre tierra, siéntense, vamos a platicar de los
sueños de agua con sal y fotografías en sepia, de los
recuerdos que se olvidan y de manzanas en días trece.
¿Recuerdan aquella ves que casi me caigo por las
escaleras, pero no caí, sino que flote? Porque mi
cuerpo esta hecho de semillas de girasol, que como
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