Page 31 - Cartas a Jóvenes Enamorados (1987)
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Preguntas que una señorita debiera hacer antes del matrimonio      27


                    Esta carta a Nélida contiene preguntas parecidas a la carta ante-
               rior dirigida a Rodolfo. El grupo con el cual ella se asociaba no era
               bueno. Su pretendiente era irreverente, perezoso y de lenguaje im-
               puro. Tenía, además, otros hábitos objetables. Elena G. de White le
               dirigió a ella algunas preguntas muy directas que muy bien podrían
               aplicarse también a ti al leer esta carta.                                      [25]

               Norfolk Villa, Prospect St.
               Grandville, N.S.W.
               Agosto 9, 1894
               Querida Nélida,
                    Me siento agradecida a Dios porque amas la verdad y porque

               amas a Jesús; y anhelo que continúes tu camino hacia adelante y
               hacia arriba a fin de que puedas alcanzar la norma del carácter
               cristiano que se revela en la Palabra de Dios. Que la Palabra de
               Dios sea tu libro guía a fin de que en todo puedas ser modelada en
               conducta y carácter de acuerdo a sus requerimientos.
                    Eres propiedad del Señor tanto por creación como por reden-

               ción. Puedes ser una luz en tu hogar, y ejercer continuamente una
               influencia salvadora viviendo la verdad Cuando la verdad está en el
               corazón, su influencia salvadora es percibida por todos los que vi-
               ven en la casa. Sobre ti descansa una responsabilidad sagrada, que
               requiere que mantengas tu alma pura consagrándote enteramente

               al Señor.
                    Tus amigos que se muestran totalmente contrarios a las cosas
               espirituales, no son refinados, ennoblecidos y elevados por la prác-
               tica de la verdad No están bajo la conducción de Cristo, sino bajo
               el estandarte negro del príncipe de las tinieblas. Asociarse con los
               que ni temen ni aman a Dios—a menos que tu asociación con ellos

               responda al propósito de ganarlos para Jesús—será en detrimento
               de tu espiritualidad Si no puedes elevarlos, la influencia de ellos
               te afectará corrompiendo y contaminando tu fe. Es correcto que
               los trates amablemente, pero no lo es que los ames y que busques
               su compañía, porque si escoges la atmósfera que rodea sus almas,

               abandonarás el compañerismo con Jesús.
                    Por la luz que al Señor le ha complacido darme, quiero advertirte
               que estás en peligro de ser engañada por el enemigo. Estás en
               peligro de elegir tu propio camino, de no seguir el consejo de Dios
               ni de caminar en obediencia a la voluntad de él.
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