Page 78 - Vernant, Jean-Pierre - El universo, los dioses, los hombres. El relato de los mitos griegos
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a adulto, se envejece y se muere. Todos los seres vivos es
tán sometidos a él. Como dice Platón, es un tiempo que
corre en línea recta. Existe, finalmente, un tercer tiempo
en el que hace pensar el hígado de Prometeo, el cual es
circular o tiene forma de zigzag. Explica una existencia se
mejante a la luna, por ejemplo, que crece y perece para re
nacer a continuación, de manera indefinida. Este tiempo
prometeico es parecido a los movimientos de los astros, es
decir, a esos movimientos circulares que se inscriben en el
tiempo y permiten medirlo. No es la eternidad de los dio
ses, ni tampoco el tiempo terrestre, el tiempo mortal, que
siempre avanza en el mismo sentido. Es un tiempo del
que los filósofos podrán decir que es la imagen móvil de la
eternidad inmóvil. El personaje de Prometeo también se
extiende, al igual que su hígado, entre el tiempo lineal de
los humanos y el tiempo eterno de los dioses. Su función
de mediador aparece muy claramente en esta leyenda.
Está situado, además, entre cielo y tierra, a media altura
de una columna, entre dos extremos. Representa la bisagra
entre la época, muy lejana, en que, en un cosmos organi
zado, todavía no existía el tiempo, los dioses y los hom
bres estaban mezclados y la no-muerte, la inmortalidad,
reinaba, y la época de los mortales, separados a partir de
aquel momento de los dioses, sometidos a la muerte y al
tiempo que pasa. El hígado de Prometeo está hecho a
imagen y semejanza de los astros; es semejante a lo que da
ritmo y medida a la eternidad divina y desempeña, de ese
modo, un papel de mediador entre el mundo divino y el
humano.
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