Page 7 - Droysen, Johann Gustav - Alejandro Magno
P. 7

PRESENTACION

           La  Historia  de  Alejandro  Magno,  de  Johann  Gustav  Droysen,  está  conside­
       rada  con  razón  una  de  las  obras  clásicas  de  la  historiografía  moderna.  Su  autor
       escribió este libro llamado  a permanecer cuando  sólo  tenía  veinticinco años y aún
       110  había  abandonado  las  aulas  universitarias.  Este  hecho  pasmoso  no  acredita
       solamente  el  talento  del  autor.  Detrás  de  él  está  la  formación  de  una  época
       saturada  de  historicismo,  en  la  que  alumbran  y  florecen,  lo  mismo  en  Alemania
       que  en  Inglaterra,  los  grandes  adálides  de  la  ciencia  histórica  y  sus  escuelas.  A
       los  veintiséis  años  era  ya  Mommsen  —sólo  una  década  posterior  a  Droysen—
       maestro en su campo  de las antigüedades  romanas.  Y a los veintiocho comenzaba
       Grote a escribir su extraordinaria Historia  de  Grecia.  Para  el  muchacho  criado  en
       el  ambiente  intelectual  universitario  de  aquella  época,  la  historia  era,  no  pocas
       veces,  lo  que  para  la  fantasía  del  adolescente  de  hoy  el  Salgari  o  el  Julio  Verne.
       De Niebuhr se cuenta que  se  soltó  a leer sobre La Guerra en las  Galios  de  César.
       A los  quince años,  sus temas  predilectos  de  conversación  eran  Ulises  y los  héroes
       homéricos.
           Droysen  era  un  hijo  descollante  de  aquel  ambiente  y  aquella  época.  La
       gran  escuela  de  su  espíritu  habían  sido  la  historia  y  la  literatura  griegas.  Y  ya
       antes  de  ver la  luz  Alejandro  Magno  habían  llamado  la  atención  sus  brillantes
       traducciones  de Aristófanes  y Esquilo.
           Era  discípulo  de  Hegel,  y  la  filosofía  hegeliana  de  la  historia  se  trasluce
       claramente  en  su  obra  de  historiador.  Es  la  suya  la  proverbial  interpretación
       idealista  de  la  historia.  Las  grandes  fuerzas  motrices  del  mundo,  plasmadas  en
       ideas,  son  las  palancas  centrales  de  la  historia  manejadas  por  los  héroes,  por  los
       genios.  El  héroe  hace  la  historia,  construyendo  genialmente  la  materia  prima
       que las  fuerzas y las  condiciones  sociales  le  ofrecen.  La  historia  es  el  gran  drama
       y  los  héroes  sus  protagonistas.  Es  todavía,  en  gran  parte,  la  concepción  mito­
       lógica,  religiosa,  de  la  historia,  que  tiene  como  gran  artífice  a  Dios,  convertido
       filosóficamente  por  Hegel  en  idea.  Droysen  no  anduvo  remiso,  por  cierto,  en
       proclamar paladinamente  esta  concepción:  “Nuestra  fe  nos  infunde  la  certeza  de
       que es la mano de Dios la que dirige los  acontecimientos;  la ciencia  de la  historia
       no tiene  misión más  alta  que  la  de  justificar  esta  fe.”
           Para  justificar  su  fe  juvenil  en  el  dios  Alejandro,  instrumento  del  motor
       central  de la  Providencia,  escribe  Droysen  este  cálido  libro  y  nos  lega  con  él  una
       de las obras maestras de ese tipo  de historiografía.  Uno  de los  grandes  dramas  de
       la  literatura  histórico-mitológica.  La  historiografía  idealista  inglesa  y  alemana
                                      Vil
   2   3   4   5   6   7   8   9   10   11   12