Page 16 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA
tánico ]ohn Maynard Keynes, quien aconsejaba crear más
y más dinero, y gastarlo rápidamente, sin importar que
careciera de una correspondiente cobertura (o respal-
do) en las reservas de oro o en la producción de bienes.
Era algo así corno hacer dinero de la nada.
Durante la administración roosveltiana se vio que la
escuela económica clásica o liberal -tan celosa de que
no intervenga nadie en su campo- sí se mostraba anuen-
te a esa intervención si procedía de la izquierda y para
servir a la izquierda. En otras palabras, que el libera-
lismo estaba dispuesto a caminar gradualmente
hacia la convergencia con el socialismo marxista,
táctica que usan abiertamente el fabianisrno, la social-
democracia y la dernocracia-crístiana.
Roosevelt devaluó el dólar, intervino en la banca, creó
impuestos progresivos y dictó una serie de leyes para
intervenir en la economía. La ley de la National Indus-
trial Recovery impedía la competencia entre las empre-
sas para evitar que bajaran los precios. Otra ley regula-
ba los salarios. La Ley de Regulación Agrícola estable-
cía subvenciones a fin de restringir la producción y así
elevar los precios. La Social Security establecía multitud
de seguros por vejez, desocupación, etc., y la National
Labor Relations fomentaba en tal forma la lucha
de clases y el poder de los líderes que los sindica-
tos se convirtieron en votantes cautivos de la ad-
ministración.
En resumen, una manipulación en gran escala, corno
nunca se había visto en Estados Unidos. Varios de los
decretos de Roosevelt eran anticonstitucionales, pero él
contaba con el apoyo publicitario de la gran prensa, de
la Radio, de los comentaristas y de la Cúpula Financiera.
El Sistema de la Reserva Federal (integrado por los 5
más grandes bancos de EE.UU.) puso su facultad de ha-
cer dinero al servicio de Roosevelt, en tanto que poco
antes no había demostrado ninguna disposición para
sacar al país de la crisis, mientras Hoover estaba en la
Casa Blanca. Todo cambió rnágicarnente con la llegada
de Roosevelt.
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