Page 26 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA
A ese desairado papel internacional se agregaba una
serie de desequilibrios económicos dentro de Estados
Unidos. La inflación, recetada contra el desempleo, lle-
gó a un punto en que también creó desempleo, para lo
cual se echó mano del término de "estagflación". Eco-
nomistas de primera fila no se ponían de acuerdo, ni en
el diagnóstico ni en la receta. ¿Dónde estaba la verdad? ...
Desde luego que la economía, en sí, no es tan inapren-
sible; no es un fantasma irreductible, pero muchas ve-
ces se le oscurece deliberadamente con una prosa sal-
picada de esoterismos para ocultar algo que no convie-
ne que el público sepa. Hasta Galbraith, que tan frecuen-
temente utiliza esa táctica, dice que "no hay en este
dominio ninguna idea que no pueda ser expresada
en lenguaje común y corriente".
Expresado en lenguaje "común y corriente", puede
decirse que la recesión de la economía americana al ter-
minar la década de los setenta era fruto del modelo libe-
ral-keynesiano impuesto desde la época de Roosevelt.
Así se llegó a noviembre de 1981, cuando la amargu-
ra y el descontento de millones de norteamericanos ya no
pudo ser controlado por la propaganda paralizante y
desorientadora, y las elecciones favorecieron a Ronald
Reagan, símbolo de la esperanza de un cambio de rumbo.
REAGAN INICIO DOS En política internacional
CAMBIOS SIGNIFICATIVOS Reagan anunció que de-
dicaría más recursos para que no siguiera disminuyen-
do el potencial bélico norteamericano y reiteró que el
comunismo era un peligro al que urgía detener. En polí-
tica interior comenzó a implantar reformas substanciales
contra el modelo económico heredado de Roosevelt.
Ambos puntos eran un desafío, subrayado por el he-
cho de que no les dio ningún puesto a los eminentes
jefes de la Comisión Trilateral, como Zbigniew
Brzezinski, Cyrus Vanee, W. Michael Blumenthal, Sol
Linowitz, Pasky, Solomon, etc.
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