Page 29 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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SALVADOR BORREGO
Ciclo Económico, consideró que la recesión era proba-
ble para 1985. Algo parecido auguró Paul Samuelson,
antiguo roosveltiano.
El economista Lawrence Kleih -premio Nobel y
roosveltiano-, afirmó que la escuela "ofertista" de Reagan
no tenía sentido; si hubiera un nuevo juicio de Nuremberg
-dijo- los autores de esa política deberían estar allí.
Por otro lado, expertos como Irving Kristol y Alan
Reynolds afirmaron que el grupo de Volcker estaba ha-
ciendo su mejor esfuerzo para sembrar el pánico, a la
vez que presionaba a Reagan manteniendo el dinero y
el crédito relativamente restringidos. Agregaban que el
déficit del presupuesto no era totalmente obra de Reagan,
sino de Volcker, "a propósito o sin intención", porque no
quería colaborar con el presidente. (5, III, 1984. AP-Dow
]ones). (!) Los partidarios de Reagan respondían que el
grupo Volcker-Salomón estaba provocando incertidum-
bre, al mismo tiempo que con su rígida política moneta-
ria reducían las posibilidades de un crecimiento estable
de la economía norteamericana. Reagan ofreció un plan
de colaboración entre republicanos y demócratas (in-
cluyendo a los roosveltianos liberales) para que la recu-
peración económica de la nación siguiera adelante, pero
éstos se negaron porque -dijeron- eso ayudaría a la re-
elección de Reagan. (Y el interés del país, ¿qué? ... )
Los economistas de diversas escuelas (o que sirven a
diferentes móviles políticos) hacen diagnósticos y
augurios tan opuestos entre sí que muchos americanos
los consideran como en una Torre de Babel. Félix Rohaty
dijo que la gente se estaba volviendo escéptica hacia las
teorías económicas y que no le faltaba razón.
En el fondo se movían fuertes intereses políti-
cos. ¿Detener o no al comunismo? ... ¿Rehabilitar
o no a Estados Unidos? ...
(ll La Cúpula Financiera tiene autonomía para desafiar a un presidente,
como en los casos de Hoover y Reagan, o para apoyarlo decidamente
como en el caso de Roosevelt.
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