Page 33 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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SALVADOR BORREGO

                 una fuerte recesión:  1)  menos gasto público; 2)  alza in-
                 cesante de tarifas de servicios oficiales; 3)  devaluación
                 de la moneda. Y como consecuencia, baja del poder ad-
                 quisitivo del pueblo, abatimiento de la producción y au-
                 mento acelerado del desempleo.
                    Caprichosa ciencia que para curar la inflación deja sin
                 trabajo a millones de quienes más lo necesitan y a otros
                 millones les baja su poder adquisitivo. Con la sarcástica
                 circunstancia de que -según varios economistas, como
                 Arthur Okun- "el 90% del efecto de una recesión prolon-
                 gada  es pérdida  de producción y de  empleo, y sólo el
                  1  O% es una disminución en la inflación".
                    La Cúpula Financiera concedió prórrogas de 3 y hasta
                  1 O años a los deudores.  Pero como ni  eso les era sufi-
                 ciente, les siguió prestando dólares para que cubrieran
                 los intereses del adeudo.
                    A fin de poder otorgar nuevos préstamos el Fondo Mo-
                 netario  solicitó  más  dinero  del  Sistema  Federal  de  la
                 Reserva, con sede en Washington.  La  petición tropezó
                 con una pertinaz campaña de oposición.  El  organismo
                 "The Eagle Free Fundation" hizo circular propaganda por
                 correo diciendo que la mayoría de los americanos con-
                 sideraba  que  el  desempeño  del  Fondo  Monetario  era
                 "misteriosamente secreto". Hizo alusión a que el pro-
                 pio presidente Reagan había acusado al  FMI,  en  1981-
                 82, de ser demasiado blando para prestarles dine-
                 ro a los gobiernos socialistas.
                    Otro organismo, el "Grand Old  Party",  dio difusión a
                 la denuncia del representante Phil Gramm, de Texas, en
                 el  sentido de  que  gran parte de  los préstamos habían
                 sido para "apoyar al comunismo" ... "Deseamos ahora
                 evitar que el dinero duramente ganado por la cla-
                 se trabajadora de este país vaya a  las dictaduras
                 comunistas o  que apoye al comunismo".  (IJ




                 <,>  Circularon millares de folletos en septiembre de 1983.


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