Page 54 - SALVADOR BORREGO ARMA ECONOMICA
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ARMA ECONOMICA


                    trucción de 5,000 kilómetros de autopistas, a cam-
                    bio de que la industria produjera un automóvil para
                    el pueblo (Volkswagen) y lo vendiera en 5,000 mar-
                    cos, con abonos de 5 semanarios. (Al cabo de ocho
                    meses se estaba produciendo el doble de vehículos
                    que en el  mismo período del año anterior).

                    A todos los sectores se les advirtió que el  mundo
                    de los negocios debería servir al pueblo, en vez de
                    privilegiar el lucro y la especulación.


                    Lo que es orden tiene significado, dijo Hitler. Cier-
                    tas "libertades" que  pregona el  liberalismo  dege-
                    neran en motines y obstrucción de la  vía pública,
                    con perjuicio de  la  actividad  laboral y comercial.
                    ¿Para qué sirven y con qué fin  se permiten? ...  No
                    más provocaciones de "activistas".


                    La educación pública se apoya en las grandes tra-
                    diciones. Se suprime la "porquería que m~ma de pu-
                    blicaciones, teatro y cinematografía; no hay liber-
                    tad para la disolución".

                 Todo eso se puso en marcha tan rápidamente que el
              ·pueblo sintió  que  en  tres  meses  "ya  estaban pasando
               cosas" ...  El  cardenal  Michael  von  Faulhaber le  dijo  a
               Hitler,  en carta manuscrita del 24  de julio de  1933:  "Lo
               que el viejo parlamento y los partidos no consiguieron
               en 60  años lo  ha  conseguido  vuestra  clarividencia  de
               estadista en seis meses. Que Dios preserve al Canciller
               del Reich para nuestro pueblo".  (i)
                  Sin embargo, todas las medidas mencionadas no eran
               suficientes para realizar el gran Cambio que se operó, si
               no hubieran estado alimentadas por una fuerza  espiri-
               tual que les abría camino.



               < > Citado en "Hitler", pag.  425, del historiador antinazi lan  Kershaw.
               1
                Capellades, Barcelona, 1999.
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