Page 80 - Egipto Tomo 1
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ALEJANDRIA MODERNA 59
Excepción hecha, de Abbas-Bajá, cuyo carácter era hostil á los extranjeros, lo sucesores
de Mohamed-Alí han seguido el ejemplo que les diera el fundador de la dinastía, utilizando
en provecho de Alejandría,
las conquistas realizadas por la cultura europea, y poniendo
especial empeño en el fomento de cuanto podía facilitar sus comunicaciones con Europa y
con el resto de Egipto.
Said-Bajá
, predecesor de Ismail, hizo limpiar y dar mayor profundidad al canal de
Mahmudijeh, que se había obstruido,
facilitando la corriente de sus aguas por medio de
grandes obras de fábrica; terminó la Via férrea de Alejandría al Cairo, y emprendió la
construcción de la red de caminos de hierro, cuyas mallas estrechándose de dia en cha cubren
la Delta, aproximan al gran puerto de.
Suez el puerto del Mediterráneo,
y
acercan unas á otras las ciudades más
importantes de dicha región.
Sai d—Bajá residió casi siempre en
Alejandría, por cuya ciudad sentía
predilección especial desde la época en
que, viviendo aún su padre, no era
más que almirante de la escuadra egip-
cia. Desde su castillo de Gabari,
rodeado ántes de jardines y convertido
hoy en ruina informe, — situado en el
extremo occidental de la ciudad, en el
lugar en que se hallaba ántes la neeró—
poli, y en el punto mismo en que se
realizan hoy las carreras de caballos á
la europea, ese príncipe derrochador,
pero no desprovisto de talento, solia
presenciar los ejercicios de sus tropas. DAMA ALEJANDRINA CON SU CRIADO NEGRO
Todavía se distinguen los vestigios del podium de hierro que mandó construir para poder
presenciar, sin que el polvo le molestara, las maniobras militares y el alarde de sus fuerzas,
— y aquí añadiremos por nuestra cuenta, que éstas sufrirían no poco, debiendo marchar
con sus charoladas botas de ordenanza, sobre ese suelo caldeado por un sol abrasador.
También mandó enlazar su palacio de verano, llamado Marjut, con Alejandría, por medio
de un ferro-carril, destinado á atender á las necesidades del ejército acampado en las
cercanías de aquél: pero dicha via, que media cinco kilómetros y atravesaba un espacio
completamente desierto, quedó al cabo sin aplicación. Tales extravagancias y otras á ellas
parecidas, que revelan su carácter caprichoso y amante de la prodigalidad, no fueron sin
embargo inconveniente, para que el aprovechado discípulo de Koenig-Bev, — que merced á
las enseñanzas de su maestro habíase puesto al corriente de cuanto han producido de