Page 39 - Popol Vuh
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El Popol Vuh                                                                                      39
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                   He aquí ahora el recuerdo de la muerte de Maestro Mago, Brujito; he aquí que contaremos
            el recuerdo de su muerte. Habían sido advertidos de los tormentos que se les hicieron, de los
            sufrimientos que se les hicieron, sin morir en las pruebas de Xibalbá, sin ser vencidos por todos
            los animales mordedores que había en Xibalbá. Llamaron en seguida a dos augures, semejantes
            a videntes, llamados Adivino. Descubridor, unos sabios. Si fuereis interrogados por los jefes de
            Xibalbá acerca de nuestra muerte que ellos meditan y que ellos preparan, [acerca de] por qué
            todavía no estamos muertos, por qué no fuimos vencidos, no fuimos perdidos, en sus pruebas,
            [decidles que es] solamente [porque] los animales no entraron [en acuerdo] con ellos. En nuestro
            espíritu  sabemos  que  una  piedra  quemante  será  el instrumento de nuestra muerte. Todos los
            Xibalbá se reúnen [para esto]. Pero en realidad no moriremos. He aquí que os decimos vuestros
            consejos. Si para ellos se os interrogara acerca de nuestra muerte, cuando seamos cortados,
            ¿qué diréis vosotros, oh Adivino, oh Descubridor? Si se os dice: «Si esparciésemos sus huesos
            en  el  barranco,  ¿estaría  bien?»  Vosotros  diréis:  «Así  revivirán  sus  rostros».  Si  se  os  dice:
            «Colgarlos de los árboles, ¿estaría bien?» Vosotros diréis: «No [estaría] bien, pues volveríais a
            ver sus rostros». Si por tercera vez, se os dice: «¿Estaría bien que esparciésemos sus huesos en
            el río?», si eso os es dicho por ellos, «Así es como morirán. Después será bueno moler en la
            piedra sus huesos como es molida en harina la mazorca seca de maíz; que cada uno sea molido;
            los  esparciréis  en  seguida  en  el  río  allá  en  donde  cae  la  fuente,  a  fin  de  que  se  vayan  a  las
            montañas pequeñas, a las montañas grandes», les responderéis, repitiendo las órdenes que os
            damos”, dijeron Joven Maestro Mago. Brujito. Ellos ordenaban, sabiendo que morirían. He aquí
            que se hizo una gran piedra quemante semejante a un asador; Xibalbá la hizo y puso en ellas
            muchas ramas grandes. Los mensajeros llegaron en seguida para acompañarlos, los mensajeros
            de  Supremo  Muerto,  Principal  Muerto.  “Que  se  venga.  Vamos  con  los  engendrados.  Que  se
            venga  a  ver  que  vamos  a  asarlos,  dice  el  jefe,  oh  engendrados”,  fue  dicho.  “Muy  bien”,
            respondieron.  Caminaron  apresuradamente.  Llegaron  junto  al  horno  semisubterráneo102.
            Quísose  que  soportasen  burlas.  “Tomemos  pues  aquí  nuestras  bebidas  fermentadas,  y  que
            cuatro veces cada uno de nosotros extienda los brazos, oh engendrados”, fue dicho por Supremo
            Muerto. “No os burléis así de nosotros. ¿No sabemos que moriremos, oh jefes?”, respondieron
            ellos. Abrazándose rostro con rostro, alargaron sus brazos [y] fueron a extenderse boca abajo los
            dos, sobre el horno semisubterráneo, [y] después murieron los dos. En seguida todos los Xibalbá
            se regocijaron, por sus silbidos, por sus ruidos. “Al fin verdaderamente somos vencedores; no es
            prontamente como ellos se han dado”, dijeron. Finalmente, llamaron a Adivino, Descubridor, a
            quienes [los engendrados] habían dejado sus órdenes. Así, se les preguntó adonde debían ir los
            huesos, y, cuando hubieron adivinado, los Xibalbá molieron los huesos, fueron a esparcirlos en el
            río; pero [los huesos] no fueron lejos y descendieron a] instante al fondo del agua, en donde se
            volvieron  unos  bellos  adolescentes,  de  los  cuales  en  verdad  se  manifestaron  de  nuevo  los
            rostros.



















            Instituto Cultural Quetzalcoatl                                                  www.samaelgnosis.net
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