Page 41 - Popol Vuh
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El Popol Vuh 41
regocijó grandemente cuando revivió su rostro. Los jefes se maravillaron: “Ahora sacrificaos
vosotros mismos; nuestro corazón desea realmente ver eso, esa danza vuestra”, [les] dijeron los
jefes. “Muy bien, oh jefes”, [les] fue respondido. Se sacrificaron en seguida el uno al otro. He aquí
que Joven Maestro Mago fue sacrificado por Brujito; sucesivamente fueron desprendidas sus
piernas, sus brazos; su cabeza [fue] separada y llevada lejos; su corazón, arrancado, fue
colocado ante todos los jefes de Xibalbá. quienes giraban embriagados. Asistían a esto: Brujito,
danzando. “Levántate”, dijo él en seguida, y revivificó el rostro [de su hermano]. Se regocijaron
grandemente. Lo mismo se regocijaron los jefes, pues lo que se hacia regocijaba los corazones
de Supremo Muerto, principal Muerto, quienes lo sentían como si hubiesen danzado ellos
mismos. En fin, en el ardiente deseo, la curiosidad, de los corazones de los jefes por la danza de
Maestro Mago, Brujito estas palabras fueron dichas por Supremo Muerto. Principal Muerto:
“Haced [lo mismo] con nosotros, sacrificadnos”; [así] dijeron Supremo Muerto, Principal Muerto, a
Joven Maestro Mago, Brujito. “Muy bien. Vuestros corazones revivirán. ¿La muerte existe para
vosotros? Debemos regocijarnos, oh jefes, de vuestros hijos, de vuestros engendrados”, fue
respondido a los jefes. He aquí que sacrificaron primero al jefe supremo llamado Supremo
Muerto, jefe de Xibalbá. Habiendo muerto Supremo Muerto, se apoderaron de Principal Muerto [y
lo inmolaron] sin hacer revivir su rostro. Entonces viendo a sus jefes muertos, abiertos, los
Xibalbá huyeron. En un instante estaban abiertos, de dos en dos en castigo a sus rostros. En un
instante [sucedía] la muerte de un jefe, pero no se revivificaba su rostro. He aquí que un jefe se
humilló, se presentó ante los bailarines, sin haber sido encontrado, sin haber sido alcanzado.
“Tened piedad de mi rostro”, dijo cuando se le reconoció. Todos sus hijos, su prole, fueron a un
gran barranco, llenando de un solo bloque el gran abismo. Allí estaban amontonados cuando
innumerables hormigas se mostraron, vinieron a expulsarlos del barranco104 . Conducidos
entonces por el camino, al llegar se humillaron, se entregaron todos; se humillaron al
presentarse. Así fue vencido el gobierno de Xibalbá; sólo los prodigios de los engendrados, sólo
sus metamorfosis, hicieron esto.
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