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1105 CANTARES 3:2–4:3
al que ama mi alma; por los temores de la no-
lo busqué, mas no lo hallé. che.
2 Me levantaré ahora y reco- 9 El rey Salomón se hizo una
rreré la ciudad; carroza
por las calles y por las pla- de madera del Líbano.
zas 10 Sus columnas hizo de
buscaré al que ama mi plata,
alma; su respaldo de oro, su asiento
lo busqué, mas no lo hallé. de grana,
3 Me hallaron los guardias que su interior tapizado de
rondan la ciudad, amor
y les dije: ¿Habéis visto al que por las hijas de Jerusalén.
ama mi alma? 11 Salid, oh hijas de Sión, y ved
4 Apenas me aparté de ellos al rey Salomón
un poco, con la corona con que le
hallé luego al que ama mi coronó su madre
alma; el día de su boda,
me aferré a él, y no lo dejé y el día del gozo de su
hasta llevarlo a casa de mi corazón.
madre,
a la habitación de la que me
concibió. CAPÍTULO 4
5 Yo os ruego, oh hijas de
Jerusalén, Canción que describe la belleza de
por las gacelas y por las cier- la amada del poeta.
vas del campo,
que no despertéis ni desve- HE aquí, ¡qué hermosa eres,
léis al amado, amada mía!,
hasta que quiera. he aquí, ¡qué hermosa
6 ¿Quién es ésta que sube del eres!
desierto Tus ojos son como de paloma
cual columna de humo, detrás de tu velo;
perfumada de mirra y de tus cabellos, como manada
incienso, de cabras
y de todo polvo aromático del que se recuestan en el monte
mercader? de Galaad.
7 He aquí, la litera de Salo- 2 Tus dientes, como manada
món; de ovejas trasquiladas
sesenta valientes la rodean, que suben del lavadero,
de los valientes de Israel. todas con crías gemelas,
8 Todos ellos tienen espadas y ninguna de ellas ha per-
y son diestros en la gue- dido su cría.
rra; 3 Tus labios, como hilo de
cada uno su espada sobre grana,
el muslo, y tu boca hermosa;