Page 36 - CUENTOS QUE CURAN
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de una marca conocida justo al lado de Elisa. “Y…¿cuál es
tu ocupación?
“Ahora te cuento, antes voy a pasar al baño” Elisa se quedó
esperando y sin saber por qué una rara inquietud le latía en
el pecho. “¿A qué se dedicará esta mosquita muerta?, se
preguntaba y trataba de adivinar qué rumbo había tomado
Martina para que estuviera tan impecablemente vestida,
alardeando de su maletín de fino cuero, ella que se vestía
con ropa prestada y sus zapatos estaban siempre pasados
de moda. Sin duda un gran cambio en su vida, alguna pareja
“de plata” como decía su tía Corina, le habían permitido a
la tonta de Martina lucir tales galas. “Qué suerte que tienen
algunas”, pensó Elisa mientras observaba el maletín que
estaba a su lado. De pronto, a sus espaldas las voces de
unos hombres la detienen justo en el momento que trata
de abrir el maletín de su amiga. “Por favor señora, tiene
que acompañarnos”, le dice uno de los hombres mientras la
toma del brazo y la obliga a levantarse. Sorprendida y
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