Page 162 - Abrázame Fuerte
P. 162

—¡Y yo!
        —Tu madre me ha dicho que tu chico está en el hospital…
        —Sí,  vengo  de  visitarlo;  está  mejor,  aunque  tiene  para  tres  meses  de
      rehabilitación.
        —Pues  ya  sabes  lo  que  te  toca,  hija.  A  cuidarlo  —le  aconseja  el  padre,
      mientras deja la chaqueta en el perchero.
        —Bueno, ahora se va a ir a vivir a casa de su madre unos días.
        —¿No vivía con ella?
        —No… Está independizado y vive con su primo. Pero se quedará un tiempo
      con su madre hasta que mejore y se pueda valer por sí solo.
        —Eso está bien. —Su padre le sonríe y acaricia el pelo aún húmedo de su
      hija—. No sé por qué, pero este tal Sergio me gusta. No como el otro…
        —¿Pablo?  —Bea  conoce  bien  a  su  padre  cuando  se  pone  en  ese  plan.  Se
      acuerda  perfectamente  del  nombre  de  su  ex  novio.  Lo  que  pasa  es  que  no  le
      gustó nunca.
        —Eso, Pablo. Qué desastre de chico.
        —Papá, no sigas por ahí, por favor…
        El instinto protector de que hace gala su padre le resulta cargante a veces, y
      hoy más, ya que, después de lo que ha ocurrido en el hospital, no está del mejor
      humor del mundo.
        —Hija, soy tu padre y puedo decir…
        —Papá, basta.
        —Sergio me gusta, y…
        —¿Y tú qué sabes de él? —Su padre se queda en silencio—. No, en serio, ¿qué
      sabes de Sergio? Sólo sabes que ha tenido un tonto accidente de moto que le ha
      destrozado la pierna… ¿Y qué más? —Su padre no sabe cómo responder a su
      hija, a quien ve muy alterada—. ¡Ni conoces a Pablo, ni conoces a Sergio, ni
      nunca  vas  a  conocer  bien  a  ninguno  de  mis  novios  porque  estás  más  tiempo
      viajando que en casa!
        —Chiquilla, no me hables en ese tono.
        Bea estalla y se pone a llorar. Su madre ha salido de la cocina y, al verla así,
      se acerca a ella y la abraza. La chica le corresponde hundiendo su rostro en el
      jersey.
        —Menudo  recibimiento…  —susurra  su  padre  mientras  se  marcha  hacia  el
      dormitorio matrimonial, y deja a Bea y a su madre abrazadas en el comedor.
      En ese mismo instante
      Ana está en su habitación. Lleva puesto el pijama de Hello Kitty. Su madre está
      en la cocina, y su padre ve las noticias en la televisión. Es casi la hora de cenar, y
   157   158   159   160   161   162   163   164   165   166   167