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Negación de la responsabilidad
Otra forma de comunicación es la negación de la responsabilidad.
La comunicación que aliena la vida nos nubla la conciencia de nuestra responsabilidad en
lo que pensamos y hoy hacemos.
El uso de la expresión tan habitual: Tener que, como en el caso de la afirmación: Guste o
no, ilustra nuestra comunicación. Nuestra percepción personal afectada por nuestras
acciones se ve oscurecida por esta manera de hablar.
En cuanto a la expresión "hacer sentir" como en el caso de me hace sentir culpable
constituye otro ejemplo más de cómo el lenguaje nos marcan el camino para que
podamos negar nuestra responsabilidad personal con respecto a lo que sentimos y lo que
pensamos.
Negamos la responsabilidad de nuestros actos
cuando atribuimos su causa a
Fuerzas difusas e interpersonales: Limpie mi habitación porque tenía que hacerlo.
Nuestra estado de salud, un diagnóstico o nuestra historia personal o psicológica: Bebo
porque soy alcohólico.
Lo que hacen los demás: Le pegué a mi hijo porque cruzó la calle corriendo.
Órdenes de la autoridad: Le mentí al cliente porque mi jefe me dijo que lo hiciera.
Presiones de grupo: Empecé a fumar porque todos mis amigos lo hacían.
Políticas normas y reglas institucionales: Tengo que expulsarte por esta infracción porque
es la política de la escuela.
Los roles asignados según sexo, posición : me fastidia ir a trabajar, pero tengo sólo
porque soy marido y padre.
Impulsos irrefrenables: Me superaron las ganas de comer bombones y me los comi.
