Page 170 - Lascivia Noviembre 2017
P. 170

- De nada mi cielo – le dije un poco apenado, a pesar que no le tenía se-

                  cretos a mi mujer, no me sentía cómodo decirle que estábamos en circuns-

                  tancias apremiantes en los negocios. Yo era el proveedor de la casa y nun-

                  ca les había hecho falta nada a ella ni a mis hijas.




                    - Pues nada, nada, nada no es tan nada… - dijo Gregorio en son de broma –

                  estamos viendo como logramos un poco de liquidez para solventar gastos

                  del negocio, ¿te apuntas a ayudarnos? Tengo un par de clientes que pagan

                  en dólares a bellezas como vos., le dejo ir mi compadre e inmediatamente

                  soltó una gran carcajada… no me molesto; desde hace años mi mujer y mi

                  compadre realizaban este tipo de bromas entre ellos… - Ah si pues… y vos

                  vas a ser mi padrote… ja ja ja, si de plano que ya ni con viagra se te para,

                  viejo chocho – le respondió mi mujer plantándose una carcajada que me

                  encantaba, el timbre era el mismo de mis hijas cuando se reían.




                    - Bueno ustedes dos, déjense de pendejadas – les espete, pero la risa ya la

                  tenía a flor de piel también.




                    - Al llegar a la puerta, mi mujer cerro la plática con una indicación que

                  realmente fue lo que provocó el resto de torbellinos que se sucedieron des-

                  pués: - Si realmente necesitas putas… mejor habla con tus ahijadas, mis hijas

                  si que ya son mujeres y pueden domar a cualquier macho que les plante –

                  y nuevamente soltó otra carcajada cerrando tras de si la puerta.




                    - Nosotros nos reímos nuevamente, aunque note que mi compadre luego

                  de reírse se quedó algo pensativo.




                    - Hola papito – escuche la vocecita angelical de mi hija Betania que bajaba

                  las gradas saltando, llevaba un short de lona muy ajustado que dejaba ver

                  sus piernas bronceadas y finas… - Hola Padrinito – le dijo a Gregorio, creo

                  que esta demás decir que Gregorio es el padrino de las tres.




                    - Hola mi chinita, como estas, cómo va el instituto? – le dijo Gregorio, pero

                  su mirada había cambiado, y lo note, estoy seguro que siempre las había

                  visto como se mira a una niña, pero ahora había algo diferente.
   165   166   167   168   169   170   171   172   173   174   175