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Padre Juan, un Scout por Naturaleza
ace un 23 de noviembre en los Estados Unidos donde llega en el año 1963, específicamente a la ciudad
y ya desde niño sus padres Bartolomé y Veró- de Santa Cruz, Cajamarca. A fines del año 1967 ya lo en-
nica, quedaban asombrados de su vocación contramos en Chiclayo, muy atareado, cumpliendo con el
Nde servicio que manifestaba a través de las encargo de fundar una nueva Parroquia en la zona oeste
buenas acciones que como scout le tocó desarro- de nuestra ciudad, la que nace con el nombre del Cura de
llar en algunas de las tropas de su país. Ars, “San Juan Maria Vianney”.
Corrían los últimos meses del año 1968 y la juventud de
Ordenado sacer- dote un 18 la zona oeste, pelotera por excelencia, miraba entre cu-
de mayo de 1950, inicia riosa y asombrada el ir y venir del sacerdote que se hacía
su caminar al c o m p á s cargo de la naciente parroquia San Juan María Vianney.
de nuestro lema “... Este sacerdote, algo corpulento para el promedio de la
Siempre Lis- to para población chiclayana y con un hablar castellano que ha-
Servir...”; primero cía sonreír a más de uno, fue Juan Edmundo Tomis Stack,
en su país luego reconocido cariñosamente como “El Padre Juan”.
natal, lue-
go en el Pronto reparó que la ciudad ofrecía muy pocos espacios
P e r ú sociales organizados que ayudaran a resolver las necesi-
dades de la niñez y juventud; y recordando su infancia
la respuesta saltó a su vista: ¡Los Scouts!... es así como
forma dos agrupaciones scouts, los tradicionales nume-
rales 32 y 48, que junto al 62 de Lambayeque y al 65 del
Colegio San Agustín, constituyeron la base del escultismo
regional de aquellos tiempos. El trabajo no era fácil y para
ello convocó a sus primeros voluntarios. Entre ellos, dos
de grata recordación, don Francisco Pezo Panduro, brazo
derecho del Padre Juan; y don José Castro Stucchi.
Padre Juan fue el primero que “utilizó” en los scouts el
exitoso anzuelo para “pescar” voluntarios... “Son sola-
mente dos horas a la semana que el Movimiento nece-
sita de tí...” nos decía... y así caí yo, tú, él, nosotros... y
todos aquellos que tuvimos la suerte de engancharnos
en las numerosas actividades de servicio que ofrecía la
Parroquia, al más puro volunta-
riado sin mas retribución que la
satisfacción de hacer el bien.
Padre Juan, Baluarte del escul-
tismo, Maestro Cristiano, Her-
mano nuestro... sólo me queda
recordarte con respeto y admi-
ración, Padre Juan...¡UNA VEZ
SCOUT, SIEMPRE SCOUT!
SCOUTS DEL PERU
Osterli E. Campos Díaz
Comisionado Scout
Región II
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