Page 46 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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un nombre a este concepto: el bienestar recordado. Recordar eventos gratificantes,
emotivos o alegres del pasado permite a nuestro organismo liberar sustancias bioquímicas
antidepresivas.
Cuando percibo que hay tensión en alguna pareja, suelo preguntar:
—¿Cómo os conocisteis, cómo te conquistó tu marido?
A pesar del malhumor y de la tensión acumulada, el hecho de recordar eventos alegres
del pasado consigue cambiar, al menos momentáneamente, el tono emocional de quien
habla. Por eso muchas técnicas de relajación o de curación de estrés o traumas tienen lo
que llamamos un «lugar seguro» en la mente. Una sensación, recuerdo o imagen que nos
produce paz, solo con evocarla en nuestra mente.
El doctor Benson sostiene que una persona con dolor de cabeza o dolor de espalda
puede mejorar con placebo. ¿La razón? Recuerda la sensación de bienestar que
experimentaba tras ingerir la medicación. Por eso el efecto placebo tiene ese efecto casi
mágico por todos conocido.
SUSUMU TONEGAWA. EL PODER CIENTÍFICO DE UN RECUERDO PLACENTERO
El biólogo molecular japonés Susumu Tonegawa fue galardonado con el
Premio Nobel de Medicina en 1987 por el descubrimiento del mecanismo
genético que produce la diversidad de los anticuerpos, lo que supuso un
gran avance para la investigación inmunológica. En 1990 cambió
bruscamente su campo de estudio, enfocándose en profundizar sobre la
base molecular de la formación y recuperación de la memoria. Dos años
después descubrió una enzima a la que bautizó como CaMKII —calcio
calmodulina quinasa II—, involucrada en la transducción de señales entre
células y mediadora fundamental en los procesos de aprendizaje y memoria.
Una mala regulación de esta enzima está relacionada con el alzhéimer.
Una investigación liderada por Tonegawa desde el MIT, publicada en la
revista Nature en 2017, postula que recordar sucesos pasados tiene un
efecto positivo en el estado de ánimo debido a que se pone en marcha el
sistema de recompensa y se activa el sistema de motivación.
Traer a la mente experiencias positivas del pasado resulta un antídoto potente contra la
depresión y otros estados alterados de ánimo. Puede no sorprender a algunos, pero
resulta reconfortante saber que esta afirmación de sentido común posee un base
neurocientífica verificada.
Varias zonas del cerebro están involucradas en este proceso; por una parte el
hipocampo —zona de memoria por antonomasia—, la amígdala —que gestiona el miedo
y recuerda experiencias con alto contenido emotivo— y el núcleo accumbens —sistema
de recompensa—.
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