Page 91 - Julito Cabello
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impo rtante que el reh én NO SE HAGA
AMIGO d el q ue lo tie ne prisio nero ,
sino tod o se pudre y se po ne súper
difícil libe ra rlo. Si ocurre la cuestión d e
Estocolmo, n o quiere q ue lo dejen libre.
Quiere qued arse co n su nu evo "amigo"
(¡qué susto! Y, justo ahí, se lo co me).
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Con el Aarón qu ed amos agotad os
de tanto estu d iar, pero todo era por el
cha nch o, qu e andaba feliz d e la vida en
el patio, sin saber que iba a terminar en
una o lla.
N uestra siguiente tarea era estud iar la
sicología del rehén, para pod er ayudarlo.
Pero ¿qué pasa por la cabeza d e un
chan ch o?
Co n el Aarón, en cambio, teníamos
nuestras cabezas como papa de tanto
pensar, hasta q ue nuevamente mi amigo
abrió la boca.
- Oye, ¿te acuerdas de la tarea que nos
falta h acer?
¡Ah, no! ¿Más estudio?
-Anda a ver el cuaderno, Julito ¿OK?
Era la tarea qu e había dejado para el
domingo en la tarde. O bvio . Hice caso,
agarré el cuad erno y entendí de inmediato
la idea del Aarón.
La idea era esta: teníamos que observar
las costumbres diarias de un ser vivo. Y el
chancho, por lo menos hasta ahora, nos
servía.

